Capitulo 7 | NO ERA UN SUEÑO

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Me acomodo más a la almohada disfrutando la comodidad que me brinda, mientras estoy en un profundo sueño. La molestante alarma de mi teléfono suena debajo de las cobijas y con los ojos aun cerrados busco el aparato para apagarlo. Aplasto el botón de la parte de arriba y me hago un rollo con todas las cobijas, a seguir durmiendo. El sonido de una excavadora me despierta y esta vez enojada me levanto de la cama, pero en cuanto lo hago caigo rápidamente sobre el colchón. La cabeza me está matando a mil y siento que todo está dándome vueltas ¿Que está pasando? Tomo el teléfono y lo prendo. Casi me caigo de cara cuando veo que en el registro de llamadas hay 144 llamadas perdidas de papá y 50 mensajes de el sin leer. Entro a la bandeja de entrada y noto un mensaje sin leer de Mariana.

"Sé que en este momento no quieres saber nada de mí y tal vez mañana ni siquiera recuerdes lo que hiciste pero solo quiero que sepas que eres mi mejor amiga, mi hermana y te quiero demasiado. Ayer fue simplemente la gota que derramo el vaso para que tu papá te tenga encarcelada en esa ciudad y lo peor es que yo tengo mucha culpa en eso. No quiero que sigas teniendo problemas de los que ya tienes por mi causa. Lo mejor será que nos distanciemos un poco. Es por tu bien ___________. Y creo que por primera vez le daré la razón a tu papá, ya es momento de que empieces una nueva vida allá y cambies. Si hago esto es por qué te amo. Cuídate mucho amiga."

¿Qué? ¿Me va abandonar? ¿Así como así? ¡Qué le pasa! ¡Que mierda está ocurriendo! Releo una y otra vez el mensaje. Intento recordar alguna parte de ayer y mis recuerdos vienen como una lluvia.

Recuerdo cuando salí muy temprano de la casa con la excusa de que iría a conocer el nuevo colegio, cuando Mariana me esperaba enojada en el terminal porque había llegado muy tarde. La fiesta en el norte de Quito, los juegos con alcohol en los que casi siempre perdía y por lo tanto tomaba más que los demás, la llegada de Andy a la fiesta, los besos salvajes que tuvimos mientras bailábamos, el escape que nos dimos hacia el baño, y... Paro por un momento los recuerdos que se están asomando en mi mente para asimilar lo que había hecho ayer ¿De verdad tuve sexo con Andy en el baño? Maldita sea, si ¡Ahora lo recuerdo! Sigo vagando por mi mente y recuerdo también que saliendo del baño Andy me dio una pastilla, seguramente un anticonceptivo. Seguimos bailando, creo que me había besado con alguien más pero no estoy segura... ¡Dios, la pelea! Había peleado con unas chicas que estaban queriendo seducir a Andy y él les dio atención. Luego Mariana me saco arrastrando fuera de la fiesta porque me querían meter presa, una vez más... No recuerdo a donde me llevo ni a qué hora pero de la nada estaba afuera de la casa en Ambato con ella, luego no sé cómo había entrado pero simplemente cuando aterrice en la cama no quería levantarme para nada, hasta que... ¡Mierda! Me agarro la cara con ambas manos tratando de entender si lo que había visto ayer, era un sueño o la realidad. Diego Villacis, si, el famoso de youtube, había estado en mi casa y ¿En mi cuarto? Río silenciosamente. Seguro debió ser un maldito sueño, ese hombre por más bueno que esté es imposible que pise un pie en esta casa. No sueñes con cosas estúpidas, por favor ______________.

Doy un vistazo por primera vez a mí alrededor. Hey, esta no es mi habitación. ¿Dónde estoy? Siento el ruido del cerrojo de la puerta y rápidamente me escondo bajo las sabanas. Finjo un falso ronquido.

Bajo la transparencia del edredón veo que la sombra de una persona se inclina un poco hacia la cama, como si quisiera sacar las colchas y ver quien está ahí dentro, la sombra se acerca lentamente y ronco con más fuerza de modo que este salta del susto alejándose de la cama.

–Tan linda y tiene que roncar como un viejo.

Es una voz que nunca había oído y la vez se me hace tan familiar. ¡¿Pero quién demonios entra un desconocido así a mi habitación?! De nuevo la sombra se quiere acercar y esta vez saco una de mis manos fuera de las cobijas jalándolo por la correa del pantalón y haciéndolo caer sobre la cama.

HERMANASTRO | DIEGO VILLACISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora