HERMANASTRO | DIEGO VILLACIS

Capitulo 13 | "¿VEMOS UNA PELÍCULA?"

Resuelvo el ultimo ejercicio de matemáticas que me falta y por fin termino de una vez los malditos deberes, me desesperezo esbozando un enorme bostezo ya que estuve aplastada en este escritorio toda la tarde haciendo proyectos, cuestionarios y todo lo que me mandaron en esta semana de clases ¿Y adivinen que? ¡Es viernes! Es decir jamás soy de las que hacen deberes un viernes, por lo general siempre espero a que sea casi las 10 de la noche de un domingo para revisar lo que tengo el día de mañana, al ver que no hacía nada y tenía flojera optaba por hacer los deberes ese mismo día de clases o esperaba una señal divina para que los profesores no vinieran. Mi vida era así y no me quejaba pero ahora es por una razón importante. 

En esta semana he hablado mucho con Daniel Navas por teléfono convencional, ya que mi celular todavía lo tiene mi papá por el castigo del pasado fin de semana. Todavía no me creo que hace unos días miraba a alguien a través de youtube con el sueño de algún día conocerlo y finalmente se dió. Aunque muchas veces le he dicho que puede ir a verme al colegio, siempre me dice que pasa ocupado en cosas de trabajo y su familia, en fin el punto es que su día libre cae domingo y me pidió que salgamos a comer, lo cual no me negué. Se que todavía estoy castigada pero buscaré una manera de salir con el, ni loca me perdería una cita con mi youtuber favorito. 

– ¡He terminado! –Doy un grito de alivio al levantarme de la silla y botar todos mis libros y cuadernos directo a la mochila, no quiero saber mas de matemáticas y física por lo menos hasta la siguiente semana. 

Me quito los anteojos de descanso para restregarme un poco los ojos y los observo detenidamente. 

 –Que estúpida.

Hablo con una sonrisa irónica. Recuerdo el día en que tomé la peor decisión de quitarle el teléfono a Fanny para hablar con Villacis y agradecerle por el regalo. No me pregunten por que lo hice y por que mierda reaccioné de manera impulsiva cuando le dije a Fanny que quería hablar con su hijo. Es decir, solo fue una buena manera de agradecerle ¿No? ¿Y por que diablos estaba tartamudeando cuando hablé con el? Esa es otra cosa que nunca voy a entender y no quiero hacerlo. Me regalo unos anteojos, se lo agradecí y punto. El tema se queda ahí. 

La barriga me ruge así que bajo a la cocina por algo de comida (Léase: comida chatarra). Todas las luces del primer piso están apagadas ya que Fanny y mi papá salieron, así que estoy sola en la casa. Intento buscar el interruptor de luz (Si hay algo que odio, aparte de Villacis, es la oscuridad, no la soporto). Pero oigo un ruido e inconscientemente por el miedo, tomo un sartén y camino hacia la sala de estar. De pronto todas las luces se prenden de golpe y siento que choco enfrente de alguien. 

– ¡Eres un idiota por no decir un tonto! 

Me separo rápidamente de su cercanía a lo que Villacís se hecha a reír, no me percato de que sigo sosteniendo fuertemente el sarten como si se tratara de una pistola. 

– ¿De verdad ibas a atacar a un extraño con eso? Creí que eras mas ruda. 

La estúpida estrellita seguía riéndose mientras deja su maleta en uno de los sillones y se quita la chamarra de cuero quedando en camiseta azul plomo totalmente pegada al cuerpo, dejando notar sus grandes brazos, esperen ¿Por que me estoy fijando en estos detalles? ¡Help!

–Muy gracioso Villacis pero créeme que este sarten te internaba un año en el hospital. 

–Claro, no hay nada mas peligroso que una niña con un sarten y en pijama –Responde entre risas, pero sus ojos se posan en algo mas abajo de mi cara.   

Me doy cuenta que llevo una blusa blanca de tirantes, un short azul con corazones blancos y mis pantuflas de elefante. Mas ridícula no pude haber estado. De pronto siento un leve calor en mis mejillas, ¡Oh por favor ______! No me digas que te estás sonrojando y encima por la estrellita. ¡Reacciona!