Capitulo 7

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Me encontraba recostado en el suelo de mi habitación, mirando el techo. Alcé mi mano extendida, mirando mis uñas pintadas, ¿tendré yo la culpa? Desde una edad temprana supe que no era como los demás niños, y mucho menos como las niñas. Soy solo yo. Simplemente dedicándome a robar el oxígeno de un pequeño planeta. ¿Tan diferente soy? Bien, acepto que no es común ver a un tipo con delineador, cabello largo, uñas pintadas, aretes, y una cierta tendencia a vestir como chica. Pero no quiero ser una chica, lo juro. Acepto que me gusta lucir lindo, pero créanme cuando les digo que me gusta tener pene.

Ya sabrán ustedes, mis pequeños pecadores.

¿Porque mi madre me odia?

Por supuesto que se la respuesta.

Pero eso será para otro momento. Por ahora solo quería pensar en calmarme. Hablar con mi madre me pone algo sensible. Tome mi celular que se encontraba en la mesita de mi habitación arrastrándome por el suelo. Revise si había alguna notificación antes de volverlo a apagar y dejarlo de vuelta en su lugar al no ver nada nuevo.

Respire profundamente.

• • •

Llegó la tarde y seguía aburrido navegando en mi celular, recordé lo que Katherine me dijo sobre su interés sobre Sasori y sentí la emoción llamada celos recorrerme de la cabeza a los pies. No me agradaba para nada. ¿Debía hacer algo o solo dejar las cosas pasar? Sasori tampoco parecía del tipo que esta en una relación amorosa, era un punto de ventaja y desventaja, a la vez. Estaría tranquilo de qué tal vez nunca se fije en ella, pero eso también significaría que tampoco se podría fijar en mi. Además, ¿quien me asegura que Sasori pueda ser homosexual? Eso me hacía pensar en las mil maneras en las que podría discriminarme por mi orientación sexual.

De nuevo sentí que debía llorar, pero me contuve, sacudiendo mi cabeza como una forma de desechar los pensamientos negativos que me invadían.

Sonreí sin la verdadera necesidad de hacerlo. No tenía ganas de sonreír, pero de todos modos lo hice.

Dormí de nuevo.

• • •

Desperté en la madrugada. Mi estómago me pedía con gruñidos que tenía hambre. "Tranquilo tigre" reí un poco.

No tenía ganas de levantarme, pero valla que el hambre me estaba matando. Abrí el refrigerador y solo encontré el vacío. Tome lo poco que había (saque dos huevos y jamón, ya sabes, el pan de cada día) y los prepare.

Mientras comía a oscuras para no despertar a mi madre (u otras visitas inesperadas) mire toda la cocina.

"Algo falta..."

Me sorprendí al ver que ya no estaba sobre el refrigerador el vino que tanto le gusta a mi madre. Lo cual es extraño, ya que es su favorito y, antes de que acabe, siempre se compra otro. Lo deje pasar lavando lo que use y volviendo a dormir.

Me desperté temprano, salí de mi habitación con cuidado, asomando mi cabeza cada que cruzaba un pasillo o una habitación.

No había nadie desconocido.

Mi madre se encontraba de nuevo en la cocina. Tarareaba una canción y movía sus caderas al compás de esta mientras cocinaba algo que olía delicioso.

Me senté en la mesa y ella al verme sonrío dejando de tararear, mostrando lo que había en el sartén.

-no es por ser grosero, Ma, pero... ¿Cuando aprendiste a hacer panqueques?- (hot cakes para los gringos ahre) ella sonrío y en tono cantarín me dijo;

-que no haya preparado comida en mucho tiempo no significa que no sepa cocinar~

Y siguió con lo suyo. ¿Mi madre cocinando? ¡Es más probable que yo tenga pareja! Algo le habrá hecho daño.

Primero no compra vino como de costumbre. Luego cocina después de casi diez años. ¿Que sigue? ¿Ahora también aceptara mi forma de ser?

- ya está listo, ten- posó un plato delante mío con 2 panqueques que se veían deliciosos, a un lado puso un café.

"Podría acostumbrarme..." pobre un poco del panqueque ¡Delicioso! Mire a mi madre en interrogativa. Pero no dije nada. Ella me sonrío y se sentó delante mío.

-Deidara, estaba pensando que deberíamos llevarnos mejor, ya sabes, madre e hijo- su sonrisa se ensanchó más, y yo casi me atraganto con el café.

"¿Que?"

-¿hablas enserio?

Al ver su cara de susto por mi repentina pregunta trate de sonreír un poco (mi mueca se debió de haber visto como un grito de ayuda) y ella continuó;

-¡Claro! Me di cuenta que como madre no soy la mejor, y no quisiera que cuando muera me recuerdes como la bruja alcohólica, quiero que funcionemos como una familia de verdad, aunque tu padre no este-. Desde el otro extremo de la mesa me extendió sus manos, y yo las tome dudoso. Ella sonrió más, y eso por un momento la hizo ver más joven de lo que es. Yo sonreí sin evitarlo.

"Verte feliz es una bendición."

-ahora que estamos bien, quiero disculparme por como me he comportado estos años...- sus ojos se cristalizaron, pero se limpió rápidamente borrando todo rastro de culpa y tristeza -. Si necesitas algo o tengas algo de que hablar... no te volveré a juzgar. Lo juro.

-claro Ma-. Dije sin poder creérmelo. Excelente. Ahora mi madre también me acepta. Oh Gran Destino, ¿sería mucho pedir que también nos dieras dinero?

-Te amo Deidara, no lo olvides.

Yo solo sonreí.

"Yo también te amo mamá."

•••
Este capítulo es corto, lo lamento :* solo quería que vieran lo mucho que Deidara ama y se preocupa por su madre. Por si aún no lo notan a veces salen como comentarios "raros" o muy directos, y es que quería que se viera como una especie de diario que Deidara escribe.

Ya viene el salseo zukulento 7u7r

¿Quien quieren que sea el uke? (También se puede suke ahr)

Abstracto - SasoDei - YAOI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora