CAPÍTULO 9: ESTOY EN UN LÍO

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-"Cálmate Camz, salgamos de aquí.".- Tomé la mano de Camila y nos fuimos hacia la salida de la estación, cuando estábamos a punto de salir un oficial se acerco a mí y susurró algo como: “Ten cuidado, el es peligroso.”, para luego irse y dejarme dudas en mi, ¿Qué haría Alejandro?, negué y salimos de ese lugar,  quite los seguros del auto y abrí la puerta por Camila lo cual agradeció con una sonrisa esta vez era mi turno de subir, entre y me quede quieta no sabía que era lo que sentía, tenía un mal presentimiento algo iba a pasar con respecto a Alejandro y no era nada bueno, sentí la delicada mano de Camila en mí hombro.

-“¿Estás bien Lern?”.- Alcé mi mirada para encontrarse con la de Camila, su mirada transmitía miedo y preocupación lo que hizo que me sintiera un tanto culpable por estar así.

-“No lo sé Camz, lo que dijo tu padre me dejo… algo aturdida.”

-“Lo sé, a mi igual pero no creo que pueda hacer mucho estando en prisión… ¿Verdad?”

-“Lo peor que puede hacer es poner falsos testimonios en mi contra con su abogado.”

-“¿Y eso te afectaría en algo?”

-“Eso no lo sé Camz, mejor vamos a comer algo, ¿Tienes hambre?”

-“Siempre tengo hambre Lern.”

-“Buen punto, quiero mostrarte mi restaurante favorito, ¿Te gusta la comida japonesa?”

-“Nunca he comido comida japonesa.”

-“Te vas a volver loca apenas la pruebes.”.- Encendí el auto y conduje hasta Matsuri, un restaurante de comida japonesa, no quedaba muy lejos de donde estamos.
Después de unos veinte minutos llegamos, el restaurante estaba ubicado en la esquina de la calle.
-“Llegamos, Camz.”.- Avisé a Camila tomando su mano, Camila asintió con una sonrisita en su rostro.-“¿Por que sonríes traviesa?”

-“Porque eres hermosa.”

-“Tu eres más, Camz”.- Deje un casto beso en sus labios para después bajarme del auto, abrí la puerta donde estaba sentada Camila.

-“Muy amable, Señorita Jauregui.”

-“Es todo un placer, señorita Cabello.”.- Camila sonrió y me guiño un ojo, tomé su mano y nos dirigimos a la entrada del restaurante, el restaurante estaba más lleno que de costumbre, había muchas personas haciendo fila para poder entrar, cuando Camila se fijó en la fila me miro como si hubiera visto un fantasma lo que me causo mucha gracia, no pude evitar soltar una carcajada.

-“¿Por qué te burlas de mi?”.- Dijo haciendo un tierno puchero.

-“No me burlo de ti, tontita.”.- Le cogí la mejilla imitando voz de anciana.

-“No me tomes del pelo, Lauren además hay una fila gigante.”
-“¿Tú crees que vamos a hacer esa espantosa fila?”

-“¿Hay otra opción?”

-“Claro que la hay Camz, es mi restaurante favorito.”

-“¿Eso que tiene que ver?”
-“Ya verás.”.- La verdad es que no tenía sentido alguno lo que dije, pero tenía un truco para no tener que hacer esa fila, tome a Camila de la mano y caminamos hasta la entrada, donde estaba un joven cuidando la entrada.

-“Tienen que hacer la fila, a menos que tengan un pase especial”.- Dijo apenas llegamos sin darnos tiempo de hablar.

-“Lo tenemos, soy una clienta frecuente.”

-“Necesito verlo para dejarlas pasar.”.- Sonreí de lado y saque mi billetera de mí campera, busque lo más rápido que pude el pase y se lo mostré al joven de la entrada, Él lo cogió y lo reviso por un momento.-“Muy bien señoritas, pueden pasar adentro les darán una mesa, que disfruten.”.- Dijo con una falsa sonrisa, cuando abrió la puerta y nos dejo pasar, muchas de las personas que estaban haciendo la fila hicieron una especie de abucheo.

ENTRE CUERDAS - CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora