Me acosa un conejo.

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CAPITULO 2: Me acosa un conejo.

10:14 pm marcaba el reloj en la pared de la sala. Estaba ablando con la rubia sobre nada en particular, desde hace dos horas más o menos, al menos eso calcula.

Se notaba el cansancio de la rubia y sus ganas de irse a dormir, pero aun así no dejaba de seguirle la charla y él no me quería detenerse de abrir la boca, un poco egoísta de su parte... pero realmente no quería ir a dormir ya, y no porque no tuviera sueño, ¡se moría de sueño! Y deseaba sentir la suavidad de su almohada en su cabeza y de sentir la placentera sensación de irse lentamente al mundo de los sueños.

Pero... No podía irse a dormir...

Escucho como la princesa lo llamaba pero la ignoro, seguía hablando.

— Marco — llamo por segunda vez, lo miro a los ojos y supo que ya tenía que cerrar la boca. Apretando los labios. — Ya me quiero ir a dormir — le aviso. 

Se puso nervioso, realmente no quería irse a dormir, mucho menos quedarse solo...

 — ¿Segura?—  pregunto sonando mas como una suplica, la rubia solo asintió mientras se pasaba las palmas de sus manos por el rostro y se levantaba del sofá en el que estaban sentados.

Marco se levante con ella y la siguió a las escaleras.

 —  Star... — iba a insistir un poco más, pero la mirada seria que le dirigió lo hizo callar, agachó la cabeza hacia sus pies mirando los escalones pasar, estaba deseando que no se acabaran nunca, pero lastimosamente no eran infinitos. cuando los escalones se acabaron se asuste y subí la mirada para convencer a la rubia que le dejara dormir con ella, pero la rubia ya no estaba.

Respiro profundo mirando la puerta de su habitación, con pasos lentos llego hasta ella y apretó el picaporte con fuerza.

"Vamos Marco..."  respire profundo "abre la puerta..."  se ordeno, pero no se movió.

Respiro profundamente otra vez. "Tu puedes Marco", se animo pero aun así no abrió la puerta, no se sabe cuanto tiempo se quede como estúpido frente a la puerta, pero ya se estaba durmiendo de pie con la frente apoyada en la madera barnizada. Tenia demasiado sueño acumulado. 

Y realmente él hubiera pasado la noche entera ahí dormido si no fuera por el ruido de algo moviéndose en su cuarto, lo asusto lo suficiente como para apartarse espantado de la puerta.  Un poco alterado saco el celular del bolsillo trasero de su pantalón y miro la hora, 12:00 am 

Paso saliva ruidosamente. "La hora loca de mi cuarto... " 

Entonces por costumbre miro la esquina superior izquierda de su pantalla y fue como si un balde de agua helada le cayera encima, ya comprendía porque la rubia había intentado convencerlo en la tarde de dormir temprano esta noche, pero él solo la había ignorado.

Mañana comenzaban las clases... bueno, en un par de horas en realidad. 

Entonces guardo el celular respirando profundamente, aventurándose para abrir la puerta.

Otro ruido dentro lo hizo detenerse con la mano en el aire a unos pasos de la puerta. "No quiero entrar..." y nuevamente se quedo parado en su lugar.

"No puedo quedarme aquí, me dije, mañana hay clases".

Finalmente entro, dentro estaba todo en orden, excepto una pequeña caja de aluminio pintada de rojo con estilo algo tradicional modernizado, ahí era donde guardaba sus dientes de leche, dientes que estaban desparramados en el suelo junto a la caja. 

El castaño hecho un rápido vistazo a la habitación antes de caminar hacia donde estaba tirada su caja, se agacho sin dejar de estar al pendiente de su al redor, recogía nerviosamente los dientes, mentalmente los contaba, faltando dos que no encontró, coloco la cajita donde debería estar originalmente. 

Totalmente Acosados (RETOMADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora