Live fast, die young

8 1 0
                                    


Te observo fijamente una vez más, admirando cómo el humo del cigarro danza por tu mentón para irse volando hacia Nunca Jamás. Me atrapas en pleno acto, y tus pómulos se levantan para entrecerrar tus ojos azul profundo, transformando tu apariencia de chico rudo en la de un niño inocente.

Y esa sonrisa, que me hace recostar en la cama apoyando mi cabeza sobre mis manos para observarla mejor. Una sonrisa sin dientes, ladeada como una curva.

Si tan sólo pudiera traspasar la pantalla e ir a buscarte a Nunca Jamás montando en tu Porsche Super Speedster, te juro que lo haría sólo para verte hacer del séptimo arte, mi cosa favorita en el mundo.

Para leer con la luz apagadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora