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¿Por qué?
¿Por qué no me recuerda?
Yo ya lo hice, pero él sigue actuando como si yo fuera un desconocido.
¡Victor, recuérdame!
***
Por impulso lo rodeo con mis brazos en un intento de cesar sus lágrimas, por alguna razón la sensación se siente familiar y agradable.
Quisiera quedarme así toda la noche pero tengo que recordar a la persona que amo, tengo que ir en busca de mis recuerdos. Me separo con gentileza y sonrío al notar que ha dejado de llorar.
Eso me alegra.
—Tengo que irme. Nos vemos.
Al primer paso que doy me siento mareado, más de esas confusas imágenes atormentan mi mente, me obligo a disiparlas y camino un poco más rápido.
Solo se me ocurrió esto para sorprenderte más de lo que tú me sorprendiste a mí.
Debo de recordar el rostro que tantas sonrisas me ha sacado...
Me sentí atraído a ti por la música.
Recordar el rostro que acelera mi corazón con una mirada...
Sedúceme con todo lo que tengas.
La razón de mi felicidad...
Yuuri, baila como si quisieras seducirme.
Debo recordar a....
Yuuri, seré tu entrenador.
¿Cómo pude olvidarlo?
¿Cómo pude estar a un paso de dejarlo?
Me giro y puedo apreciar que él aún está ahí, sus ojos reflejan dolor, le he roto el corazón. Le he roto el corazón a la persona que amo, todo por no poder recordar.
Él es.
Yuuri es quien se ha robado mi corazón.
¡No digas nada! ¡Sólo quédate a mi lado!
Todo parece ir en cámara lenta a cada paso que doy de regreso, los movimientos de mis brazos para rodearlo, las palabras parecen haber sido detenidas por el tiempo y salen en silabas, lo único que parece ir a su ritmo es mi corazón que late ansioso por rencontrarse con Yuuri.
