Essences. [Billdip]

Smell like Cookies.

Huele a galletas.

Algo ahí no cuadraba, ¿qué demonios hacia Wirt hablando tan animadamente con Bill?

Disimuladamente Dipper camino hacia ellos sonriendo incómodamente.

—¡Bill! ¿Cómo estás? —Preguntó intentando relajarse.

—Hola Pino —el rubio le sonrió—, y respondiendo a tu pregunta, todo está bien, ¿pasa algo?

—¿Eh? No, nada... simplemente tuve curiosidad al ver a mis amigos hablando —contestó Dipper.

—Oh no te preocupes Dipper, no hablamos de nada malo —Wirt rió —, sólo lo invite a la habitación para pasar un buen rato, ya sabes.

Dipper levantó una ceja mirando seriamente a Wirt algo molesto, ¿con qué permiso hacia eso? Es decir, no es que no quisiera pasar tiempo con Bill, al contrario, es lo que más deseaba, el problema era Wirt, haría lo imposible hasta que uno besara al otro o algo por el estilo. Por favor, era Wirt Cone y se había juntado demasiado con Beatrice, seria insoportable.

—Ye te dije que con gusto iré, Wirt —Bill le sonrió al castaño.

Cone iba a esta en problemas, en graves problemas.

—¡Bill! —Un gritó de escucho, una chica rubia se encontraba saludándolo.
Jackie Lynn Thomas saludaba alegremente al rubio, quien correspondió el saludo, al lado de la chica se encontraba el famoso Jack Fish, o la Bestia como le llamaban muchos.

—Tengo que irme, entonces ¿hoy en la noche? —Bill les preguntó y Wirt asintió con una sonrisa.

Bill se alejó de los chicos yendo hacia su compañero de habitación.

—¿Sé puede saber en qué pensabas, Cone? —Wirt sólo sonrió socarronamente.

—No sé de qué me hablas —Dipper suspiró frustrado.

—Eres el peor —murmuró mientras empezaban a caminar hacía la habitación.

—¿Por qué? ¿Por atreverme a hacer algo que tu no? —Le preguntó levantando una ceja.

—¿De qué demonios hablas? —Le cuestionó frunciendo el ceño.

—De que avanzas muy lento con Bill —contestó rodando los ojos.

—No vayas a ir tu muy avanzado con Beatrice —Dipper respondió a la defensiva.

—A diferencia de lo mío con Beatrice yo no sé si le gusto a ella, en cambio, ¿me negarás que no sabes que Bill está enamorado de ti? —Dipper se sonrojó furiosamente—, es más, apuesto a que ambos llevan esperando ser el primer beso del otro.

El sonrojo de Dipper incrementó.

—En realidad... ambos lo fuimos el uno del otro —susurró Dipper.

Wirt abrió los ojos como platos.

—¿Qué? —Preguntó aturdido.

—Nada, no importa —intentó desviar.

—¿Fuiste el primer beso de Bill y él, el tuyo? —Insistió el castaño.

—Es una larga historia Wirt, realmente no importa —Dipper se encogió de hombros.

—Oh por Dios, ¿Mabel no sabe? —Wirt preguntó.

—Creo que sí, no estoy seguro —murmuró dudoso.

—¡Necesito saber la historia detrás de eso! —Exclamó el más alto.

—No lo harás, Cone.

—Le preguntaré a Bill en la noche —afirmó el castaño molestando a Dipper.

—No, yo te contaré, pero no hoy —Dipper suspiró.

—Si ambos se aman, ¿por qué aún no salen? Por Dios.

—Porque no es necesario, podemos salir como amigos —contestó.

—No es lo mismo —Wirt murmuró—, o es que acaso ¿no te gustaría besarlo otra vez?

Dipper enrojeció ligeramente.
Wirt tenía razón, y Dipper era perfectamente consciente de ello.

—Ajá —Wirt continuó—, no puede ser tan difícil confesártele.

—Eso es porque no tienes la menor idea de lo difícil que es tratar con Bill —murmuró Dipper desviando la mirada—, aún si ambos estuviéramos enamorados el uno del otro yo no puedo dar un paso porque Bill no está listo.

—¿De qué diablos hablas? —Wirt le preguntó confundido.

—De nada, no lo entenderías —respondió.

—Me ofendes Pines, yo puedo entender muchas cosas —murmuró molesto.

—Lo sé, pero esto es personal —le contestó.

[...]

—Bill llegará en cualquier momento, ¡apúrate!

—Ya voy, ya voy —murmuró Dipper.

Al salir del baño notó como su compañero estaba más que arreglado.

—¿Por qué estás vestido así? —Preguntó Dipper confundido.

—¿Creías que me iba a quedar a hacer mal tercio aquí? Voy a salir con Beatrice —respondió Wirt con una sonrisa abriendo la puerta.

Dipper suspiró, estaría a solas con Bill un rato, eso era bueno.

—Entonces... ¿qué se supone que haré? —Dipper le preguntó.

—No tengo idea, lo que siempre hacen cuando están solos, aparte de besarse —murmuró Wirt.

—¡Sólo fue una vez! —Exclamó Dipper algo rojo.

—¿Qué fue solo una vez? —Cuestionó una voz familiar para ambos chicos.

Una chica pelirroja se encontraba en la puerta viendo divertida a ambos chicos.

—¡Beatrice! —El castaño dijo intentando salir de su sorpresa—. Ya llegaste.

—Por supuesto que ya llegué, a esta hora acordamos —contestó la chica divertida.

—Me refiero a que nos veríamos abajo, ¿cómo entraste a los dormitorios? —Preguntó Wirt.

—No me iba a quedar abajo esperando como tonta, y no fue tan difícil distraer al guardia —contestó la pelirroja.

—Claro que lo es, la hermana de Dipper nunca ha podido pasar.

—Pero yo no soy la hermana de Dipper, soy Beatrice y siempre consigo lo que quiero —respondió Beatrice.

—Hola Beatrice —saludó amigablemente Dipper.

—Hola —Beatrice le sonrió—, bueno Dipper, ¿qué fue solo una vez?

—Nada. —Contestó rápidamente.

—No te creo —la chica frunció el ceño—, Wirt sabe, ¿no? Al rato usaré un poco de extorsión para enterarme, no te preocupes.

—¡Beatrice! —Le regañó Wirt—, ¿qué te hace creer que te lo diré?

—Te repetiré por segunda vez que soy Beatrice y siempre consigo lo que quiero —respondió la pelirroja con una sonrisa.

—Ya quisieras —murmuró Wirt rodando los ojos—, ahora sólo por eso no te diré.

—Hola chicos y Pino, ¿llegué en mal momento? —Preguntó un rubio que acababa de pasar a la habitación.

—Sólo a la mitad de una discusión de pareja, ya sabes —se adelantó Dipper cobrando un poco de venganza.

El rubio traía una caja en sus manos, pero Dipper le preguntaría después, pudo ver como Wirt enrojecía mientras que la pelirroja sonreía.

—Oh, tú debes ser Bill, el novio de Dipper —intervino Beatrice mientras el rubio levantaba una ceja.

Dipper se sonrojó furiosamente mientras veía a Beatrice sonreír con más fuerza.

—¡Bueno! Ya se tienen que ir a lo que sea que tengan —dijo Dipper empujando a su amigo y a la chica fuera de la habitación.

—Trata de ignorar eso, Bill —el castaño murmuró rápidamente.

—Tus amigos son raros —le contestó con una sonrisa.

—Ni me lo digas —Dipper le sonrío.

Los ojos de Bill viajaron por la habitación, era la primera vez que entraba ahí y para ser la recamara de Dipper y un chico raro estaba en bastante orden.

—Bien, ¿qué haremos? Tu amigo raro sólo me dijo que venga —dijo Bill con una pequeña sonrisa.

—No lo sé, ¿quieres hacer algo? ¿Ver una película tal vez? Wirt tampoco me dijo nada —agregó el castaño algo nervioso.

—Una película estaría bien, pero una interesante, el otro día vi una película muy aburrida —murmuró el rubio.

—¿Estas cuestionando mis gustos en películas? —Preguntó Dipper mientras Bill sólo se encogía de hombros.

—Escogerás tú —Bill se lanzó en la primera cama que vio, asumiendo que era la de Pino, guiándose por su aroma particular.

—¿Qué traes ahí? —Preguntó Dipper mientras agarraba la laptop y señalaba la caja que traía el rubio.

—Adivina —dijo divertido con una sonrisa —, y no, no traigo ninguna clase de corazón.

Dipper rió fuertemente sentándose al lado del rubio.

—No lo sé, contigo puede ser cualquier cosa —contestó el castaño.

—Duh Pino, son galletas —Dipper levantó una ceja —, le pedí a Mabel que horneará unas cuantas.

Dipper le sonrío tontamente intercambiando la situación y recostándose en el hombro de Bill.

—¡Hey! Ese es mi lugar —exclamó el rubio antes de que Dipper soltará una pequeña risa.

—Shh, solo calla y disfruta la película —murmuró el castaño mientras abría la caja llena de galletas en forma de pinos navideños.

Dipper rodó los ojos captando la broma y llevando una galleta a su boca, las galletas olían delicioso y también lo sabían, el castaño realmente disfrutaba de la dulzura de las galletas... mientras que Bill disfrutaba de la dulce mirada que el castaño tenia hacia la película que había escogido.

Podría no ser la mejor película de la historia, pero si mantenía a Pino así, no le importaba tener que fingir verla.

¡Feliz noche buena! 🌚🎊