Smell like Sweat.

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Huele a sudor.

Bill odiaba la clase de técnicas matemáticas y estadísticas... era aburrida y ahora no tenía a Pino con el cual solía distraerse cuando se aburría antes.

Había pasado 1 mes en la universidad, y esa clase era la peor.

Pero en estos momentos odiaba más el estúpido evento deportivo, no, no por el deporte, sino, porque odiaba los vestuarios de hombres.

Era horrible, los vestuarios siempre llevaban ese horrible olor a sudor, es decir, era normal y eso, pero con el evento apestaba más de lo normal, aunque no era el peor olor que conocía.

El evento consistía en que cada dormitorio tendría unas dos horas semanales especializadas en la realización de actividades deportivas, el deporte o actividad que quisieras, por un mes. Por suerte, su hora de hoy ya había terminado, por lo que ahora se encontraba cambiándose, para poder ir a su habitación y poder salir de ese apestoso lugar.

—¿Sabes Bill? El chico del departamento de sociología, Tomás, es súper guapo y provocativo —Jack suspiró —, totalmente le daría, es una pena que siempre este con ese tal Díaz, aunque a él también me lo tiraría, igual es lindo, sería fácil corromperle.

—¿Tomás y Marco? ¿Marco Díaz? —Preguntó Bill.

—Esos mismos —respondió mientras se sacaba los zapatos.

—Pino me los menciono una vez, según él, a Tomás no le importa a quien darle mientras dé, no entendí muy bien de que hablaba, de Marco no estoy seguro —Bill se encogió de hombros con simpleza.

—¡Genial! —Jack sonrió altanero—, ya tengo mi pasiva de la semana, aunque de una u otra forma hubiera terminado con ese chico en mí cama.

Bill bufó, no dudaba que su compañero de habitación realmente se fuera a ligar a ese chico en una semana.

—Te espero afuera, este lugar huele asqueroso —Bill asintió dejando que el chico se fuera.

Silenciosamente se retiraba la playera cuando escucho una voz familiar.

—¿B-Bill? —La dulce voz de un castaño se escuchó a su espalda, Bill la reconoció al instante.

—Oh —Bill sonrió dándose la vuelta para encontrar a un Dipper bastante sonrojado.

En manos llevaba un uniforme de deporte.

—Hola Pino —Bill le saludó con una sonrisa—, ¿disfrutas lo que ves?

Dipper se sonrojo más antes de balbucear cosas inentendibles.

—Disfruto todo de aquí menos ese asqueroso olor —dijo Dipper en un intento de bajar la tensión en su estómago.

Bill sonrió abrazando ligeramente al castaño.

—¿Me extrañaste, Pino? —Preguntó Bill, logrando sonrojar a Dipper al sentir el pecho desnudo del rubio.

—Oh... claro que lo hizo —una tercera voz se unió, dejando ver a dos castaños más, uno alto y otro más bajito —, no para de hablar de lo mucho que lo hace.

El rubio lo miró con curiosidad antes de reconocerlo, separándose del castaño.

Wirt Cone, compañero de habitación de Dipper y Marco Díaz, amigo de estos dos.

Wirt había encontrado la situación perfecta para vengarse lo que hacía unas tardes había pasado con Beatrice.

—Tú debes ser Bill —Wirt habló rápidamente —, Dipper nos ha hablado mucho de ti, tanto que no me ha dejado dormir.

Essences. [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora