❀Uno❀

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    La chica se escabulló por la ventana de su vecino sin importar que la vieran, ya casi serían las doce de la noche y ya habían muchos fuegos artificiales sonando. Unos gritos en lo que sería el cuarto de tu vecino Tyler, te asustaron y más porque la ventana se había roto, tus padres no querían que te reunieras con él, sin razones en específico. Subías las escaleras de dos en dos, apurada por ver al chico, no tenías ni idea de como era, solo lograste saludar a su madre pocas veces cuando cruzaban caminos. Llegaste por fin a la puerta, se escuchaban cosas romperse y fuertes sollozos, parecían casi desesperados, asustada de entrar, te armaste de valor y tomaste la perilla de la puerta y sin aviso entraste encontrándote con tal escena que erizó tus pelos.

    Objetos rotos por doquier, la cama estaba desordenada y sobre ella estaba Tyler, sentado escondiendo su cabeza entre sus piernas y estas las abrazaba fuertemente. Levantó la mirada asustado, hasta que una explosión lo hizo saltar, se cubrió de nuevo y ahí fue cuando comprendiste. Te acercaste a Tyler tratando de calmarlo, él susurraba cosas alejándose de ti, quedó en la esquina de la cama contra la misma de la pared, sin escapatoria, él seguía llorando y tú lo abrazaste lentamente, procurando que no te golpease o gritase, te acomodaste de rodillas a su frente para abrazarlo mejor. Le susurrabas cosas al oído, que todo estaba bien, no estaba sólo, que todo pasaría ya.

    No fue hasta las doce y veinte que Tyler quedó dormido en tus brazos, ya gozando de la tranquilidad de la noche, lo mecías en tus brazos tarareando con tu garganta algunas melodías, no habían pasado muchos minutos de encontrar a Tyler en los que te largaste a llorar con él, por él. Ibas a separarte del castaño, solo para ordenar el desastre que había formado en su cuarto, pero aturdido se aferró a ti, ahora ya despierto, teniendo noción de lo temprano que era estar despierto en estas fechas, el reloj en el suelo marcaban doce y media, había dormido apenas diez minutos.

    —No me dejes —, rogó como pudo, las manos que te tomaban por la cintura temblaban, sonreíste enternecida y te colaste en sus piernas para volver a abrazarlo, para hacer que se sintiera seguro y no volviera a llorar.

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Él te ama [Twenty Øne Piløts FF] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora