5. La casa de los Moore. I

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Caminé por las solitarias calles de la ciudad y no me detuve hasta que llegué a la casa de los Moore. No sé si lo he dicho antes, pero es una cada verdaderamente hermosa, digna de un prestigioso abogado y una decoradora de interiores.

Toqué el timbre y la misma señora que me atendió la última vez abrió. Me regaló una amplia sonrisa y me dejó entrar. —El señor Colton lo espera en la sala para darle las indicaciones sobre su trabajo.

¿Colton? ¿Él no debería estár en el colegio?  Asentí en dirección a la mujer y caminé a la sala. Allí me encontré a un cómodo Colton sentado en el sofá mientras tecleaba algo en su celular de última generación. Yo ni siquiera tengo celular, pensé mientras me reía mentalmente. Él al notar mi presencia se levantó del sofá y me miró con una sonrisa deslumbrante.

—Hola, Danny —apuntó el sillón que había frente al sofá en el que él estaba sentado anteriormente—. Ponte cómoda, mi madre quiere que te informe sobre algunas cosas.

Su voz sonó asquerosamente formal. Corregí mi nombre cortésmente. —Es Danna, no Danny.

Me ignoró y siguió hablando. —Comenzaré por la princesita: Emma tiene dos años. Debes estár pendiente a ella durante todo el día, ya que es muy juguentona, curiosa y se lleva todo a la boca, esa es su manera de conocer el mundo. Sigue Oliver, un pequeño demonio de cinco años. Es muy juguetón y hace sus maldades de niño pequeño. Si lo dejas solo de seguro incendia la casa.

>>Hayley y Paul son los mellizos, tienen diez años. A ellos los conocen, son amigos de tu hermana. De ellos sólo te diré que son bromistas, es mejor que estés de su lado si quieres durar en este trabajo. Kayden tiene catorce años. Está en la maldita adolescencia, vive encerrado en su habitación y pegado a su celular. Es verdaderamente odioso, pero no te dará mucho trabajo.

>>Y por último estoy yo. Obviamente tu no me cuidaras —me guiño un ojo—. Pero tendremos bastante tiempo para conocernos mientras trabajes aquí.

—Ajá —dije sin interés—. ¿Algo más?

—Éstos son los horarios y hay anotaciones importantes que hizo mi madre —me entregó un portafolio azul con aproximadamente diez hojas dentro—. Hoy estaré contigo todo el día para supervisarte, mañana estarás sola con estos demonios.

No creo que sean tan malos, digo son niños pequeños, ¿no?  Abrí el portafolio y leí las hojas con los horarios y las "pequeñas" anotaciones de la señora Moore. Al terminar, recorrí cob mi vista las paredes en busca de algún reloj para ver la hora. A las nueve debo levantar a Emma y Oliver. Emma se quedará conmigo todos los días, pero Oliver no, el va a su kinder desde las nueve y media hasta las doce y media.

Al notar que no habían relojes en las paredes fijé mi vista en Colton para preguntarle la hora, el no había dejado de mirarme em ningún momento. —¿Me podrías decir la hora?

—La hora —rió como si su chiste hubiese sido el mejor.

Lo miré mal, él alzó sus manos y luego sacó su celular del bolsillo de sus jeans. —¿Por qué no ves la hora en tu celular? Son un cuarto para las nueve.

—No tengo celular —me encogí de hombros—. Ahora si me disculpas, comenzaré mi trabajo.

Me levanté del sillón y comencé a caminar, pero me detuve al notar quebjo sabía donde se ubicaban las habitaciones de los niños Moore.

—¿Necesitas ayuda, Danny? —preguntó Colton con burla. Me limité a asentir —. Sigueme.

Pasó por mi lado rozando nuestros hombros, comencé a seguirlo. Subió por la escalera principal que se encontraba frente a la puerta de entrada. La escalera nos condujo hasta un laberinto de pasillos, Colton se adentró en el que se encontraba al lado derecho de la escalera. Apuntó las dos primeras puertas que se encontraban al entrar al pasillo, quedaban la una frente a la otra. —La puerta rosa conduce a la habitación de Emma y la verde a la Oliver.

Caminamos unos cuantos mentros y apuntó las puertas que seguían, se encontraban igualmente la una frente a la otra. —Hayley es la de la puerta blanca con flores y Paul el de la puerta azul.

Había una puerta de color negra con una cartel que decía "no entrar" pegado en ella que indicaba el final del pasillo, Colton la apuntó y habló. —Esa es la habitación de Kayden. Y para que se te haga mas fácil el lado derecho es de niños, el izquierdo de niñas y la habitación del fondo de Kayden.

Asentí en respuesta, él me sonrió y luego dijo. —Te dejo comenzar tu trabajo, Danny. Cualquier cosa estaré en la sala de estár.

No me agrada ese chico, es muy... sonriente y simpático.

D A N N A (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora