"Al menos es guapo."

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¿Cúanto tiempo llevo aquí sola?

Hace tiempo que ya no lloro, se me han acabado las lágrimas pronto, pero sigo sentada en la misma silla, en la misma postura, con las piernas encogidas, sin pensar en nada. Al final va a resultar que sí que me gusta este horrendo despacho. Miro la hora. Ocho menos cinco. Bueno, al menos llego para la cena. Me levanto medio adormilada y tropiezo con mi propio pie. ¿Ahora empiezáis a funcionar, estúpidas pastillas? Abro la puerta despacio y salgo al pasillo. Un enfermero me saluda y me esfuerzo por sonreirle, pero simplemente bostezo y levanto el brazo, que me parece que pesa ocho kilos más que de costumbre. Resoplo. Para colmo suena de fondo una música muy... relajante. Creo que es Adele, pero no estoy segura. ¿Quieren dormirme en medio del pasillo o qué? 

Me cuesta hasta pensar. Giro a la derecha y entro en el área en la que estoy interna. Según las señoras del ala este: ''La jaula de hormonas.''. Como está claro, es el área de los adolescentes. Tim me saluda, es el niño que apenas habla con nadie. Yo soy afortunada, me da siempre los buenos días y las buenas tardes. Me cae bien. Esta vez consigo sonreir. Sigo cminando y, cuando paso al lado de una de las salas de espera escucho un grito. Y luego un golpe. Me paro en seco. ¿Pero qué...? Retrocedo unos pasos, abro la puerta de la sala y entro disimuladamente. 

-Oh mira, si es Ric.-susurro extremadamente lento después de darle una rápida mirada a la sala. La enfermera Jules también está ahí. Creo que tratan de calmar a alguien, pero no veo a quién. Sus cuerpos no me dejan ver. Vuelvo a dar otra vuelta a la sala con la mirada y veo que ya no soy la única cotilla. Varios chicos se han sentado en las sillas de mi lado y susurran lo suficientemente alto para saber que están cotilleando pero demasiado bajo como para entender sus palabras. Me tiro en una de las sillas y ellos se giran hacia mi, me inspeccionan y luego vuelven a cotillear. Resoplo y entonces alguien empuja a Ric y a la pelirroja teñida de Jules.

-Oh.-susurro asombrada. Es un chico. Alto, rubio y perfectamente despeinado. Aunque esté a unos metros de mi distingo claramente el color de sus ojos. Azul. Pero azul... azul precioso. 

Me fijo en su gesto. Tiene los labios apretados, el ceño fruncido y las maños en puños. Derrocha rabia por todos sus poros. 

''Seguramente algún loco de su familia le está poniendo de los nervios''-pienso.

-Niall, ¿qué vas a...-empieza a decir Ric.

Espera, ¿Niall? Pero...-empiezo a reflexionar.

Y entonces el chico nos interrumpe a ambos con un golpe.

-¡Deberíais haberme dejado!¡Debería haberlo hecho!

Chilla mientras da patadas a una mesa de cristal. Mi duende se ríe y parece medio adormilado, yo me limito a admirar los golpes que el llamado Niall le da a la pobre mesa, a la cuarta patada esta se rompe y el cristal cae al suelo con un ruido casi mágico. Estoy tan subida en mi nube de tranquilizantes que ni siquiera me sobresalto, solo vuelvo a susurrar un ''Oh''

-¡Y como no pude antes, lo voy a hacer ahora!-vuelve a chillar. Ahora sí que tiene cara de loco. Lo malo es que sigue siendo guapo. ''Deberías preguntarle como lo hace-me dice mi duende entre bostezos-Para futuras... ya sabes...'' Las pastillitas ya no me dejan ni estremecerme ante sus comentarios. Escucho un sollozo, la que supongo que es la madre del chico se ha echado a llorar justo a la vez que él se ha echado en el suelo para coger un cristal. Antes de que le de tiempo a posarlo sobre su piel dos enfermeros, uno de ellos el grande de Mike lo paran. Lo agarran de los brazos y lo levantan del suelo sin ningún esfuerzo. Mike incluso llega a sonreirme. Yo bostezo. Un tercer enfermero aparece con una inyección, se la clava en el brazo al rubio y... El chico cae rendido.

Los sollozos de la mujer son aún más escandalosos, la miro y veo que se ha tirado en brazos de Ric. Un chico a su lado habla con la pelirroja, también conocida como Jules. Cotilleo la conversación:

''Ingreso, trámites, medicación'' Son las tres palabras que capto. Y me resultan familiares, mucho. También habían aparecido en la conversación que mamá tuvo con Ric el día que llegue aquí por un resfriado y acabé intentando tragarme de golpe un bote de pastillas que había encontrado en el alfeizar de una de las ventanas de la sala de espera que nos había tocado. Recuerdo que todo el tiempo que había estado esperando había estado pensando en cuantos metros de caida me tocarían si saltaba desde esa ventana. Después vi las pastillas y las encontré más prácticas.

Mi duende borra de un soplido el recuerdo de mi cabeza y me obliga a que siga mirando al chico. Lo han echado en una camilla. Duerme. ''Uf. Está tan mal como tú, a lo mejor peor.'' dice adormilado mi duende.

Por una vez estabamos de acuerdo.

-¿Has escuchado esos gritos?

Kate me espera apoyada en la puerta de la habitación, un pie dentro y el oro fuera, desafiando a la pobre Margaret, la enfermera que tiene que vigilar que termine toda su cena. 

-Hmmm...-asiento y entro en la habitación. Ella me sigue y se sienta en su cama, miro su plato de comida y luego la miro a ella. Hace una mueca y coge uno de los trocitos de manzana que le han tocado. Sonrío y cierro los ojos inconscientemente. Los abro lentamente unos segundos después y veo por el cristal de la pared de la habitación la cara de asombro de Margaret. Supongo que le parece raro que con una mirada Kate haya empezado a comer. ''Ojalá fuese tan fácil como tú te crees, Maggie'' pienso, pero de todas maneras sonrío con superioridad. ''Dios, esos tranquilizantes hacen que sonría demasiado. Voy a acabar con agujetas en las mejillas.'' Me río ante mi estúpido pensamiento, adormilada.

-¿Y has visto que ha pasado?-pregunta Kate ansiosa. Se sienta a los pies de mi cama y empieza a mordisquear nerviosa la piel de su trocito de manzana. Yo ya me he tumbado en la cama. Asiento con los ojos cerrados como respuesta a su pregunta.

-¿Y me vas a decir que ha sido?-''Oh, que cómoda es esta almohada''-¡Sammy!¡Samantha!-Kate me zarandea, pero yo no soy capaz a mover los brazos.-Joder, odio cuando te dan esas pastillas rosas.-desiste. Y yo me relajo del todo, se me acompasa la respiración y...

Me duermo.

I'm crazy... About you. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora