I'm crazy... About you. (Niall Horan)

"Incomprendidos."

Tres horas.

Tres horas seguidas hablando. Es muy posible que Niall ya sepa más de mi que yo misma. Creo que le he contado todo. Y él a mí más de lo mismo. Aunque ambos hemos decidido que aún no es momento de hablar sobre nuestro último año de vida, lo hemos marcado como territorio prohibido. Ninguno quiere que su duende se despierte (porque, sí, Niall también tiene uno.)

-Me acabo de dar cuenta-empieza a decir-de que sé como se llama el chico que te dio tu primer beso, que en cuarto de primaria no hablaste a tus padres por una semana porque te obligaron a cortarte el pelo y que tienes una debilidad por los hoyuelos. Pero no me has dicho cuál es tu color favorito, Sam.

-Azul mar.-suelto sin pensar, lo más rápido que puedo, como hemos acordado.-¿Y el tuyo?

-Verde.

-¿Cualquier verde?

-Cualquiera.

-¿Incluso verde espinaca?-hago una mueca.

-Sobretodo verde espinaca.- Y me hace soltar una carcajada.

-Eres raro.-suelto.

-¡Mira quién fue a hablar! La que antes de dormir comprueba cada cinco minutos el reloj para ver si ha puesto bien la alarma.

-¡Es que sino luego no me despierto a la hora!

-Lo dicho, rara.

-Pero te caigo bien.

-Demasiado para llevar siendo conocidos...

-Tres horas.-termino yo.

-¡Tres horas! Pensé que llevábamos menos aquí... Entonces ya somos más amigos que conocidos, Sam.

-¿Seguro?

-Completamente, si creo que te lo he contado todo sobre mi vida, Sam.

-Casi todo.-corrijo automáticamente. Y también automáticamente me arrepiento.-Lo siento.

-¿Por?

-Dijimos que era tema tabú.

-Pero eso era una norma de cuando éramos conocidos, Sam.-me guiña un ojo, yo sonrío tímidamente. Y mi sonrisa se vuelve más grande cuando me doy cuenta de que llevo sonriendo inconscientemente desde que empezamos a hablar.-Bonito hoyuelo.-dice tocando con la punta de su dedo índice mi mejilla derecha. Me sonrojo, aunque en realidad no sé por qué. Niall sonríe de nuevo y aparta la mano.-Entonces...-carraspea-¿Qué quieres que te cuente?

-Solo lo que a ti te parezca que puedo escuchar-contesto.

-Entonces creo que te lo contaré todo.-dice. Y comienza a hablar. Me cuenta la historia de sus padres, su separación demasiado poco amistosa, cómo creyó que estaría bien con su madre y su hermano. Cómo se pegó el golpe contra la realidad al darse cuenta de que su madre empeoraba a pasos agigantados, al encontrarse con que su hermano se había olvidado de él. Cómo cuando su madre se recuperó él tomó su puesto como problemático de la familia y cómo todo el mundo estaba tan cansado  de curar a locos como para intentar ayudarle. Cómo todo el mundo atribuía sus ataques de ira y sus ojeras a afán de protagonismo. Cómo todo cambió cuando le encontraron encerrado en un baño con una enorme cantidad de pastillas.

-Me sentía la peor mierda del mundo.-dice-Rechazado, apartado. Parecía que todo el mundo creía que todo lo que hacía lo hacía mal. Y por eso... por eso lo intenté.

Me echo a llorar. Es como si me hubiesen descrito a mi. Me comprende. Por fin alguien lo hace. Me abraza. Mi duende me llama tonta pero le ignoro, pues estoy demasiado ocupada intentando descubrir cómo se respira con normalidad. Me acaricia el pelo. Con cariño.