Kel se encontraba en completo reposo. El reloj marcaba las cuatro de la mañana con diecisiete minutos y ni un alma vagaba por la escuela. Por lo que el chico Aries despertó de golpe cuando sintió que lo sacaron de la cama y lo arrastraron hasta el corredor.
No podía ver nada, pero si oía la respiración tranquila de aquel que tiraba de su cuerpo. Kel sintió el fresco aire de la noche y supo que estaba en el jardín, pero no sabia que hacia ahí. Estaban a mitad del invierno y salir a esa hora era sufrir de frio.
Sintió metal frio alrededor de sus manos supo que lo estaban esposando ¿pero a que?
Cada segundo que pasaba se sentía más y más relajado, sin embargo no sentía nada. Solo había alguien que podía hacerte sentí asi.
--ya que les gusta dormir, los dejaré dormir ahora—aquella sensación de estar sedado se fue desvaneciendo poco a poco y Kel pudo mirar a Gaeil, pero no solo estaba el, sino Haylee
La chica se encontraba empapada de pies a cabeza y con tan solo una blusa de tirantes y unos shorts. Sus labios estaban purpuras y sus ojos se mantenían cerrados.
--incluso el fuego se congela—Gaeil la miró con frialdad
--¡estas loco! La vas a matar—el mismo Kel comenzaba a sufrir el frio
--la próxima vez pienselo mejor antes de hacerme perder quince minutos de entrenamiento—Haylee abrió los ojos y los posó en el líder de la guardia—en una hora y media regresare por ustedes—una sonrisa amenazante se formó en su rostro—que tengan buena noche
Kel lo vio alejarse y lo maldijo una mil veces. Junto a él, Haylee hacia hasta el mas minimo intento por mantenerse caliente, pero el frio comenzaba a calarle en los huesos. Sus ojos miraron al castaño que estaba junto a ella y una sonrisa pequeña se formó en su rostro.
El chico sabia lo que tenia que hacer, y debía hacerlo rápido antes de que la chica terminara hecha un hielo.
--te sacaré de esta Lanter, lo haré—la chica solo cerró los ojos.
Kel respiro hondo y se concentró. Sus manos aprezadas por las esposas comenzaron a cambiar. El chico Aries tenia la capacidad de absorber el material o sustancia que quisiera, en ese caso, el metal de las esposas. Las manos del chico se convirtieron en duro metal plateado que logró destruir las esposas.
--Lanter ¿sigues ahí?—preguntó un tanto preocupado. Haylee abrió los ojos con lentitud—muy bien—Kel separó las manos de la chica lo más que pudo y de un solo golpe destruyó la cadena de las esposas
--ya te habias tardado—murmuró la chica
--la próxima vez te dejaré esperando un rato más—contestó con enfado
Haylee fue tomada en brazos por Kel, quien regresó al interior del edificio y sin perder tiempo se dirigió al lugar donde sabia lo ayudarían.
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Los 13 Elegidos
RomanceTan resplandecientes como siempre, las Zodiacos aguardaban con paciencia a que su padre bajara para poder entregarles los doce destellos que serían cedidos a un pequeño grupo de afortunados. -Padre Las Zodiacos se inclinaron a recibir a su creador. ...