DISTANCIAMIENTO

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CAPITULO I

Cómo todos los días, viajando para asistir un día más a la escuela, no me puedo quejar, me gusta ir, me gusta aprender, y no precisamente de las materias, sino de las pláticas de la vida personal de los maestros, me gusta aprender de lo que mis amigas me platicarán, o de lo que veré en los otros grupos. Y sobre todo me gusta ir, porque se, que veré a ese chico, que se, que soy una total invisible para él, que soy solo una chica del salón de alado.

Mi vida, es de lo más normal, hasta que desde el 05 de Agosto del año pasado, un "amigo" de nombre Manuel, que conozco de hace más de cinco años, que por cierto es mayor que yo, por dos años, después de un viaje fuera de la ciudad, y a días de cumplir su mayoría de edad me declara su gran atracción hacía mí, lo chistoso de eso, es que yo había sido su amor desde que me conoció, pero a mí siempre me había caído mal, porque lo sentía muy ñoño, y era muy gordito, tez muy clara al igual que sus ojos color café claro, sin embargo siempre se caracterizó por ser muy atento y respetuoso, y gracias a sus padres con una buena estabilidad económica, una hermana menor, muy linda y extrovertida. Sin embargo el haber crecido le había ayudado mucho, no puedo mentir, me empezó a gustar...

Y no por lo que tenía, sino por su trato hacia mí, y la aceptación que me daba su familia, así que, cuando me dijo lo que sentía por mí, le dije que fuéramos lento, que nos tratáramos mínimo un año, y si, tanto el como yo aceptamos, y el siempre esmerándose por ganarse mi cariño, cada semana no faltaban regalos, chocolates, dulces y entre la semana siempre sus mensajes inesperados, y yo, trataba de corresponder, sin embargo, en mí siempre había un miedo, miedo a enamorarme, miedo a salir lastimada, lo sé, quizá es tonto pero a mis 16 años, la mayoría de mis amigas ya iban por su milésimos novio, y yo, ni a novio porque le dije que nos tratáramos, en pocas palabras que nos conociéramos, que fuéramos algo así como amigos casi novios, pero sin besos, ni otras muestras de cariño. Y así fue pasando el tiempo, poco a poco me encariñaba, planeábamos para el futuro, y de pronto surgió un miedo, él iniciaba su universidad, y yo sabía que allí encontraría chicas mucho mejores que yo en todos los aspectos, y lo hablé con él, y solo me decía:

-Crees que soy tan tonto para dejar ir a la chica más bonita, que siempre hace sentirme orgulloso cuando salgo a la calle con ella.

Pero....nueve meses después ya no habían salidas, ya no habían mensajes, y lo que había logrado a sentir por él, se fueron marchitando como lo hacen las rosas cuando su jardinero deja de cuidarlas. Y así empezó un distanciamiento, ya que la universidad le absorbía su tiempo, y no vivíamos en la misma ciudad, y a mí no me preocupaba, hasta que llegó el mes de Mayo, y decidí escribirle por una de mis redes sociales, al chico de alado, a ese chico, que tenía algo que me intrigaba, había algo en él....

La chica del salón de alado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora