RECUERDOS Y LA ESPERA

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CAPÍTULO II

Le escribiré al chico del otro salón, y tengo miedo, muchos nervios...no sé si me contestará, quizá hoy el karma aplique conmigo, ya que nunca le contesto a nadie. Y no puedo mentir, tengo demasiadas mariposas, o creo que son dinosaurios peleando dentro de mi estómago, mientras mis dedos se deslizan por el teclado de mi celular, y escribo tanto, que al leer todo, prefiero borrarlo y solo escribir un hola.

La iniciativa del porque le escribo, es un tanto rara, yo a él desde hace mucho le había visto, recuerdo que en una ocasión, el semestre pasado mi amigo Leo, me lo había presentado, y el chico, solo sonrío y me dio la mano (algo así como un saludo muy formal), pero para mí, aún no le tomaba esa importancia, ya que no soy muy dada a socializar, sin embargo, al final de las clases, Leo me esperaba, y me dijo:

-Le gustaste a mi amigo, yo con cara de ¿cuál amigo? Para ese momento ni me acordaba que el chico existía, es más ni que me lo habían presentado, hasta que Leo me lo recordó. Pensé sin hacerlo saber a Leo, "este tipo solo me está bromeando" refiriendo al comentario recibido por mi amigo. Pero el continúo:

-Me preguntó de nuevo tu nombre, le dije que no me acordaba, ya sabes en estos tiempos ¿quién se llama Kynary? Obvio si me acuerdo enana, pero él no es bueno para ti, y mejor lo he dejado con la duda y salí del salón, él me explicaba. Y por favor no se te ocurra hablarle o ser tan cercana a él, sabes a que me refiero.

Nos despedimos, y cada quién se dirigió a sus casas...

Esa fue la primera vez que noté al chico, que ni de su nombre me acordaba. Ya en el cuarto semestre, siempre notaba la mirada de alguien, pero yo misma me tomaba a loca, quién me podría estar viendo, así que prefería estar con mis amigas, que de verdad son lo mejor que me han pasado, Yerania, que desde el primer día que inicie clases ha estado conmigo, Marijo que por cuestiones de la vida, se unió a Yera y a mí, ya que al principio no nos caía bien, sin embargo, tuvo que pasar por cosas difíciles y tuvo un gran cambio en su personalidad, y se volvió más que una amiga, ya éramos como hermanas. Y por formar equipos de trabajo en clase, se unieron dos más, Arleth (Arly) y Adamaris (Dammy), y así se hizo mi grupo de amigas, con las que platicaba de todo, reía a carcajadas, pensamos y planeábamos nuestro futuro, con las que bromeábamos a cuanto pudiéramos, con quiénes la pena se perdió y la confianza se ganó, y si, nos hacíamos llamar las "comidiux", o las "gordas", que en verdad no lo estamos, pero es que si nuestra habilidad más grande es comer, y a mí, ellas me llamaban por cualquier nombre, entre ellos gordita, Mulán, Pocahontas, Pucca, y esto debido a que soy la que tiene los ojos rasgados de un color café oscuro pero a la vez claros, y la mayoría del tiempo tienen un brillo, por lo que la mamá de Marijo, siempre decía que yo estaba enamorada, ya que mis ojos reflejan eso, cosa que es natural, este de cualquier ánimo, pero en una ocasión escucharon a mi único y menor hermano decirme Nary, y desde entonces ese es su favorito. Aunque a cada minuto me llaman por uno distinto.

Ellas, sacaron de mí, más bien hicieron que me diera a conocer más, pero ¡es que ellas son el feminismo rencarnado! Yo, la chica que le vale como se le ve el cabello, nunca usaba ni un lápiz labial, o mascara de pestañas, cortante, seria y seca al hablar, que solo se caracterizaba por las buenas notas y responsabilidad, y así ellas se convirtieron en mis amigas, hermanas, mi guía de aprendizaje y a quienes también influí para que sacaran sus demonios interiores.

En una ocasión era la hora de receso y ¡¡¡el chico del salón 16 me estaba observando!!! Lo peor que la que se dio cuenta no fui yo, fue Yera, y lo hizo saber en cuanto todas estábamos reunidas, y es que la verdad siempre he sido distraída a morir, pero desde entonces las cinco, empezamos a observar de vez en cuando a el chico, hasta que un día en relajo, estábamos casi al frente del otro salón, y cuando alguien se equivocaba le decíamos "pásalo" y esto no era más que solo un golpe que nos dábamos, pero ese día él estaba allí, bueno siempre estaban allí, y era normal, pero sin querer le dije "pásalo" y lo golpeé en el brazo, cosa que de verdad me avergonzó en gran manera, pero es que, a quién se le ocurría estar cerca de mí, viendo que soy un peligro. Y lo único a lo que reaccionó él, fue a retirarse y entrar a su salón, y de lo apenada, solo me asomé por su ventana y le dije:

-Hey! Este, oyes tú, no sé cómo te llamas, pero disculpa, no era mi intención.

A lo que sólo dijo, -no te preocupes.

Lo bueno de esto, es que sonó la alarma para entrar a clases, y cuando caminaba a el centro de cómputo me di cuenta que iba sola, mis amigas se habían ido al baño, y al querer doblar para alcanzarlas, choco con este chico.... De verdad no tenía palabras, en lo único que pensé en ese momento fue en el golpe que le había dado, así que lo único que me salió de la boca fue decirle:

- perdón, este disculpa, te golpeé, no fue intencional, pero solo sonrió y me dijo: -no te preocupes, ¿a donde vas? Te acompaño, a lo que contesté: -no, este, no, voy al baño por mis amigas, él también iba a una de las salas del centro de cómputo, y no es que no quisiera, pero ni siquiera lo conocía así que al notar creo que mi nerviosismo se presentó, pero no me aprendí su nombre, solo recordaba que se empezaba con J, y él me preguntó mi nombre, a lo que contesté, me llamo Kynary, más bien se lo silabé por que como que no se lo grabó, y pues no es el más usado y era entendible.

Desde esa vez, no crucé palabra alguna con él, le platiqué a mis amigas, y ellas estaban emocionadas, y yo colorada, o bueno eso me dijeron.

La segunda ocasión que platiqué, por decirlo así con él, que la verdad no recordaba su nombre, y como empezaba con J, mis amigas y yo optamos por decirle Jaime, aunque ese no fuera su nombre, pero lo recuerdo perfectamente, un 15 de Marzo, me ofrecí junto con Marijo, para ayudar a una de nuestra compañera de clases a vender algunos de sus dulces, mi queridísima Marijo, me jaló hacía donde estaba el chico del salón de alado junto a su amigo, y le tuve que ofrecer los dulces y convencerlos para venderlos, y así fue, nos compraron algunas paletas, y ese día me recordó su nombre, su nombre es Javier, volviendo con lo delas paletas, el no podía abrirla, y le dije que yo se la destaparía pero, justo en ese momento me tocaba entrar a clases, así que le dije:

-Yo la abro en la siguiente hora, no lo vayas a hacer, y el con una peculiar sonrisa, me dijo que sí. Al finalizar la hora, me asomé a la puerta de su salón y me vio, salió y abrí su paleta, y después no sé porque alguien mencionó que era su cumpleaños ese día, y entonces, Marijo, me hizo un par de señas para que lo felicitara, y así lo hice, le di por primera y rara vez un abrazo con un felicidades...

Pero volviendo a el presente, espero no tarde en ver mi mensaje, ojala no me deje en visto....

La chica del salón de alado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora