Atracciones.

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Él se fue a un puesto de peluches en el cual tenías que derribar cinco peluches para ganar un oso, la primera vez perdió y la segundo y la tercera, a la cuarta Marie se rio tan fuerte, ya que no podía atinarle a cinco peluches. Él se encantó tanto con su risa que ni se dio cuenta cuando lanzo la pelota, y gracias a dios, le atino. Se ganó un peluche, un oso, marrón con la nariz roja como un tomate. A ella le encanto tanto el peluche que se lo regalo. Agarrados de la mano se subieron a un taxi y se fueron a la casa de ella. Sus padre estaba de viaje, y a su mama no le hablaba por cosas de ella. Merie le pidió que se quedara, el dudoso se quedó. Ella se quedó dormida en sus piernas, el la levanto y la acostó en el sofá. Fue por un vaso de agua, cuando volvió ella ya no estaba, la empezó a buscar por toda la casa, la encontró en su cuarto, dormida. Fue hasta ella, le dio un beso en la frente, cuando se iba a voltear para irse lo jalo por el brazo, le dijo que se quedara, que no quería estar sola. Él no quería estar con ella a solas, sabía que iban a terminar mal. Se negó. Ella intentaba convencerlo pero seguía diciendo que no. Por fin lo convenció de quedarse, pero con la condición de dormir en el suelo, ella se negó tanto que lo obligo a subirse en la cama y acostarse con ella. Con su cara hundida en su pecho y el abrazándola se fueron durmiendo poco a poco.

Y allí estaba el, muerto de nervios, esto, era algo que siempre ha querido, desde que la vio por primera vez; que estuviera en sus brazos. Sabía, que ella no lo quería, o quizás si, la duda rondaba en su cabeza, queriendo averiguar que pasaba, no quería que su corazón latiendo ahora irregularmente, se rompiera por una falsa ilusión. Quería despertarla, pero a la vez, sabía que no era el momento, esta había sido su primera vez juntos, y era la primera vez de él, durmiendo con una chica. <¿Durmiendo?, acaso... ¿estoy durmiendo? no parezco dormir> se dijo para el mismo, mientras la admiraba, el cabello cubría severamente su rostro, un lindo rostro, suave, sus labios combinaban perfectamente con su rostro, sus ojos redondos, sus pestañas largas, aquella nariz redonda y chistosa, en poca palabras, podría admirarla durante horas. <esto no puede ser, quizás.... quizás este soñando> volvió a decirse en la mente. ¡NO! No estaba soñando, este... era una parte de su realidad, que quería experimentar, por mucho tiempo, pero su mente parecía ser muy negativa, nada bueno para él.

Pasando sus manos alrededor de sus brazos, le acaricio, tenía frio, la cubrió, y abrazo mucho más fuerte.

"Te quiero, te quiero y tanto, ya no sé qué hacer" ella estaba hablando, se aferró al cuello de él, este comenzó a respirar pesadamente. <¿acab-ba, de decir, que me quiere? ¿Pude escuchar bien?>.

"¿Dudas de mí, no es cierto? Pero es la verdad.

Sin más rodeos, giro hasta estar sobre él, acunando el rostro estupefacto frente a ella, lo quería, era cierto, muy cierto, lo quería profundamente....

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Espero que les guste<3. 

Autora: Ana Vastag. 

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