Maya era de esa clase de personas que no podía evitar relacionarse con cualquiera que estuviera a su alrededor. Ella no era una chica muy tranquila, cualquiera podía decir eso. Tampoco era muy inocente. A la mayoría de estudiantes les divertía verla rondando por los pasillos con su clásica sonrisa indicando problemas.
Inquieta. Inteligente. Testaruda.
Eso era Maya.
Pero había una parte que nadie conocía.
Una parte que le había ocasionado muchos problemas. No sólo a ella, si no a varias personas más.
Pero eso había quedado atrás. Maya había logrado enterrar esos recuerdos. Ahora sólo se dedicaba a buscar una aventura que le hiciera olvidar el tumulto de problemas familiares que tenía.
Pobre Maya, ella aún no entendía el dicho 'El que busca, encuentra'.
Maya estaba apunto de chocarse con la aventura de su vida, pero no se imaginaba que está tuviera relación con su tormentoso pasado.
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Mi dulce caso perdido.
Romance-¿No te das cuenta? -preguntó él con una expresión más sombría de lo normal. -¿De qué? -le preguntó ella de vuelta conteniendo las ganas de sonreír. -Le gustas. Quería llevarle la contraria. Pero ella sabía muy bien lo que Leith sentía. Era demas...
