Capuccino

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Yg:

-Hola madre- susurre al verla en la camilla llena de máquinas y tubos a su alrededor.

-Yoongi, cariño viniste- sonrió la mujer que me dio la vida.

-Si...¿como has estado?- vaya que hago preguntas inteligentes, soy un jodido cabrón.

-He estado mejor últimamente, la quimioterapia ha sido bien recibida por mi cuerpo, si sigo así podré irme antes a casa- me acomodé en el asiento a su lado- pero no quiero hablar de mi en estos momentos, ¿como has estado?, ¿Que tal el trabajo de profesor en semejante escuela?, de seguro ya tienes hasta una novia- dijo soltando una sonrisa pícara.

Solte una pequeña risa- Si, estoy bien supongo, el trabajo también esta resultando bien, y no, no tengo una novia....aún- dije algo incómodo por lo ultimo.

-Pues consiguete una pronto, quiero nietos, sabes, pienso que tus hijos seran los más revoltosos a pesar de que seas tan callado- volvió a sonreír.

Tantas sonrisas solo me hacen sentir peor.

-Por el momento no pienses en eso y solo recuperate, no quiero que sigas aquí-

Ella tomó mi mano entre las suyas y comenzó a acariciarla de forma maternal.

-Cariño, quiero que no te preocupes mucho por esta vieja- dijo refiriéndose a sí misma- yo ya he vivido lo suficiente, pero quiero ver a mis hijos felices con una familia, no podría estar tranquila sabiendo que tu estas solo y sin que nadie a tu lado este para comprenderte y darte amor.

No me hagas esto madre.

-Estoy completamente bien solo, por el momento no necesito de alguien molesto o irritante a mi lado y aún menos la compañía de mocosos, sabes que odio a los niños- le dije y ella soltó una sonora carcajada acompañada de un golpe en mi brazo, de forma cariñosa.

-Me dolió mamá- dije reprochandole y sobando el lugar, con un puchero en mis labios-

Ella apretó mis mejillas y las acarició- Por dios, Yoonie eres tan lindo, ¿a cuantas personas enamoraras sin darte cuenta?- y así fue toda la mañana junto a mi madre, charlando, molestandome y comentandome cada diez minutos lo importante que es el comerse toda la comida.

Ya no soy un niño.

Volví a casa soñoliento y con hambre, el fuerte olor a comida hizo mi estomago gruñir al instante seguido al ver a semejante belleza cocinando.

Cierto castaño atractivo, yacía de espaldas a mi mientras cortaba lo que se suponian eran verduras e inmediatamente dejó de hacerlo al verme, se acercó rápidamente y me beso mientras yo colaba en su cintura mis manos.

-Hola mi amor- dijo Hoseok- ¿como te fue? ¿Como esta tu madre? - lo alejé suavemente y cogi un vaso, al momento el agua se arrevarsaba de este y comencé a beber de el.

-Esta bien, ya volvió a casa, solo fue una recaída por estrés y cansancio- dije fluidamente, parecía tan real como un hecho.

-Menos mal, esperó que se recupere pronto, mandale saludos de mi parte la próxima vez que la visites- comento mi castaño aliviado.

-Si- respondí.

La cena transcurrió tranquilamente, al día siguiente debía ir a trabajar lo que significaba volver a ver a Jimin, lo cual no deseaba en lo más mínimo.







-Bien chicos pueden retirarse- hablé dando fin a la clase y al instante todos los presentes salieron de la sala.

El día no iba tan mal como esperaba hasta que pase por una sala, la de Danza. Por la pequeña ventana que había en la puerta que se encontraba cerrada podía divisar en su interior a solo dos personas, a Jimin y a un muchacho a su lado, el cual supuse como un alumno.

El pelinaranja se veía muy irritado, mientras hablaba con el más joven, un castaño alto, bastante atractivo pero no tanto como Hoseok, nadie era como mi Hoseok.

No era como si me importase en realidad pero aún así me apegue a la puerte y oí un poco sobre su conversación.

-¿No me digas que ya estas con alguien más?- la voz era del más joven, bastante varonil.

-Jungkook, no me jodas con eso, que ¿ahora te debo pedir permiso a ti para salir con alguien?- dijo notablemente enojado Jimin.

-Jimin tu no me entiendes, te dije que terminaría con ella la semana entrante, no comprendes que no puedo hacerlo justo el día de su cumpleaños, sería muy cruel de mi parte- dijo agotado el menor.

-Me importa un carajo sabes, puedes seguir con ella, ya no me interesas, encontré a alguien mucho, mil veces mejor que tú- contestó cabreado el pelinaranja.

-¿C-como?, no, no, no, ya lo habíamos hablado, tu sabes que yo te amo, no puedes estar hablando en serio- la voz del menor sonaba apagada

-Vaya que eres ingenuo para ciertas cosas Jeon Jungkook, pero para cada cosa esta su tiempo y tu ya me hiciste perder demasiado el mio, así que ahora olvidate de mí y esperó no verte la próxima semana en mi clase y te recomiendo cambiarte a las de Kim Jongin-

-Espera Jimin, no podemos terminar así como así, es injusto- oí la voz del menor algo desesperada.

-Pobre Jeongguk, eres un mocoso, mirate, creí que te darías cuenta que solo jugaba contigo, ¿Realmente pensaste que seriamos algo más?- Jimin soltó una risita- no cortes con tu novia, porque tal vez no vuelvas a encontrar a alguien más en un futuro y muchas cosas en esta vida son injustas, así que comienza a acostumbrarte-

-¿Porque actuas así? ¿De verdad todo fue una mentira?, cuando decías que me amabas y que querías estar por siempre conmigo ¿tambien era mentira?-

-Si, todo fue mentira, la verdad es que no te aguanto, creí que eras más maduro pero veo que solo eres una cara bonita, pero a mi no me sirve solo una cara bonita. Aún eres muy niño jungkook, cuando madures de verdad encontrarás a alguien que te ame-silencio- pero esa persona no soy yo y no lo seré.

Se oían pasos pero se detuvieron.

-No te vayas- mi corazón dolió al oir eso- por favor no te vayas.

-Sueltame- el timbre sonó- ¡Que me sueltes!- un sonido parecido al de una abofetada resonó.

Me asomé a la ventana y pude ver al muchacho con el rostro hacia abajo y el cabello cayendole sobre los ojos, Jimin lo había abofeteado, me importó una mierda sus problemas pero como docente presenciar alguna agresión era mi jodido deber hacer algo ante ello.

Entré y Jimin se volteó espantado hacía mi.

-¿Que ocurre aquí?- pregunté indiferente.

-N-nada- inhalo disimuladamente y continuó dirigiéndose al menor de todos los presentes- Vete ya Jungkook.

El muchacho levantó el rostro y tenía un leve rastro de sangre cayendo por su labio y su mejilla izquierda se encontraba aún roja. Sus ojos estaban rojos pero no lloraba, salió del lugar mordiéndose el labio menor y cogiendo su mochila de un rincón.

-Lo siento, no debí haberlo abofeteado pero esto..-puso una mano sobre su pecho, refiriéndose a su corazón- no se va arreglar tan fácilmente- se dejó deslizar hasta caer de rodillas al piso de madera lustrado de la sala de Baile, Jimin comenzó a llorar.

Ahora entendía mejor toda la situación, Jimin se había enamorado de un estudiante y había algo más que lo obligaba a olvidarlo, se estaba destruyendo sólo, como yo.

Después de todo no somos tan diferentes. Ambos somos unos idiotas.

Café Amargo |Yoonseok|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora