capitulo 2

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Tocaron  la puerta de mi pieza.

— Adelante. —grité, bastante cansada de tanto correr y ordenar las cosas.

— Hola, Cariño, feliz cumpleaños. —dijo el novio de mi amiga.

— Gracias. —dijimos las dos al mismo tiempo— perdón. —hice una leve mueca.

— Para ti igual tontita. —dijo Alex sonriendo alegremente.

Alex es una persona muy cariñosa tiene el mismo color de pelo que yo, castaño claro, ojos verdes, y un poco bronceado y ademas es muy alto igual que todos aca.

— ¿Por qué las maletas? —pregunta.

— Me voy. —dije mientras corriamos con Samantha de un lado a otro—, A California. —respire profundo, teniendo en cuenta que no sé si volvería a ver a Samantha.

— Ah... Pero eso es en Estados Unidos. —dijo con cara de asco, él odiaba Estados Unidos antes lo amaba hasta que lo llevaron detenido por error, alguien había cambiado su maleta, ¿cuál es el problema? La maleta cambiada traía drogas y no lo dejaron entrar al país, y le quitaron el pasaporte, y dejo de amar a Estados Unidos.

— ¿Por qué? —vuelve a preguntar.

Mientras corriamos  de un lado a otro le iba contando y él tambien empezo a meter ropa a mi maleta, para ayudarme.

— Tu ropa no se acaba nunca. —dijo Alex, ya tenia 4 maletas y 2 bolsos llenos.

— Ya es hora. —dijo Samantha apenada, nos miramos y corrió la mirada rápido.

— ¿A qué hora te vas? —Alex me mira.

— Ahora. —le dijimos al mismo tiempo a Alex mientras el descansaba en mi sillon.

— ¿Me podrias llevar? —lo miro y asiente.

— Obvio, pequeña. —dijo, al terminar las maletas baje y no me despedí de nadie, ni siquiera estaban cerca para despedirse, eso me entristecía un demasiado, desde cuando habrán estado planeando esto.

— Te extrañare. —escucho a mis espalda la voz de Brad, me giro rápido mirándolo, se ve demasiado triste.

— Yo igual, estúpido y gracias por esas mañanas al despertarme con agua fria o con arañas en la cara o tirándome de los pies callendo de cara hasta sangrar la nariz. —le dije soltando un suspiro, lo abrazo fuerte.

Salemos de casa, mientras camino hacia el auto de Alex me resisto para no mirar hacia atrás, hacia la casa donde crecí, donde pase toda mi vida, nunca me había imaginado que algo así hubiera sucedido.

Miro a Alex metiendo la mano dentro de mi mochila y luego la quita cerrándola.

— ¿Qué pusiste Alex? —lo miro frunciendo el ceño.

— Un regalo de cumpleaños y para tus noches de fiesta. —lo mire curiosa, metí la mano donde el también la puso, sentí la textura de un plástico y rápido lo saco, habían nada más y nada menos que un condón.

— Que lindo Alex gracias, eres muy considerado. —dije sarcásticamente, él solo sonrío.

— De nada linda. —dijo riendo mientras tenia a mi lado a Sam llorando por mi, sonreí y ella me abrazó con mucha fuerza.

— Sam, voy a estar bien te vendre a ver, algún día, y ya sabes, vender a buscarte. —le dije para calmarla.

— ¿A buscar? —dijo Alex.

— Si, me la llevare a vivir conmigo. —le dije mientras acariciaba el cabello de Samantha.

— ¿Y yo que voy hacer sin mi novia? —dijo preocupado.

¿Soy una Gilinsky? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora