Capítulo 1.

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Me desplome en mi cama y me quité el gorro con el cordel dorado, suspire, dentro de tan solo algunos meses ya seria universitaria, no faltaba nada y a mi ya me hormigueaban los dedos por entrar en la famosa universidad, aún recuerdo cuando me dio la crisis de la universidad, me di cuenta de que en un año entraría y perdí mis casillas, tenía miedo, siempre había tenido una visión de mi yo universitaria mayor, estilizada y hasta más delgada, y pensar que seguramente seguiría con la misma apariencia que ahora, los mismos gustos, el mismo bultito sobrante en mi vientre bajo, y las mismas luces de navidad colgadas en mi pared, fue chocante.

- ¿Dónde está mi graduada preferida?- Sentí una voz juguetona del otro lado de la puerta.

Sonreí y me tapé los ojos, cuando era pequeña y hacia una travesura, me quedaba en el medio de la habitación con los ojos tapados, creía que si yo no veía a los demás, ellos no me verían a mi.

Mi madre entró a la habitación.

- ¿Isabella? ¿Dónde estás? - Bromeó. - Dios, mi hija ha desaparecido.

Comencé a reírme y la miré.

- Ya estoy grande para esas cosas mamá.

- Nunca estarás grande para mi amor, así que cállate. - Me riñe mientras se tira también en mi cama.

Me quedo algunos minutos con ella recostada, mamá llevaba una pollera larga de colores, una remera verde y su cabello rojo natural largo y suelto. Si, es exactamente lo que están pensando, mi madre es una hippie moderna.

Le gusta hablar sobre energías, vibras y esas cosas, tiene collares con símbolos extraños y un tatuaje del árbol de la vida en su espalda, trabaja en un gran vivero que comenzó como una pequeña florería, luego comenzó con las especies y ahora vende desde flores hasta grandes abetos, ella es una amante de las plantas y los animales, yo, por mi parte, si bien me gustan las plantas, no las amo, en cambio a los animales sí.

- Tengo miedo. - Confiesé.

- ¿De qué?

- De la universidad, de los cambios, ¿Y si no encajo? ¿Y si no me hago amiga de nadie? Hay tantas cosas que podrían salir mal.

- Si envías malas vibras al universo, el universo te enviará malas vibras a ti.

- Sí, lo sé, pero aún así es casi imposible pensar siempre en positivo, no todos somos tú.

- Yo no siempre fui así y lo sabes, pero... Llegará un momento en el que algo te hará cambiar - Giró su cabeza hacia mí para verme a los ojos - . Algo te dará un golpe y comenzaras a ver lo que es realmente importante, mientras tanto, no te afligas. Eres joven y estas en edad de hacer estupideces.

Mamá se incorporó y me miro por sobre el hombro sonriendo, con su cara de todo estará bien Isabella.

- Vamos. - Palmeó mi muslo - No permitiré que ninguna hija mía llegue tarde a su baile de graduación. Ve y dúchate que ya casi son las ocho.

-¡Soy tu única hija! - Le dije mientras se retira de la habitación.

Ríe y sigue caminando.

Me incorpore con fuerza y me dirigí a la ducha de mi habitación, me desvesti y me metí bajo el agua caliente, deseando poder quedarme allí por el resto de mi vida.

Por alguna razón el baile no me producía emoción alguna, habría faltado si no fuera por la alegría que le produce a mi madre ir.

¿Será porque no tengo ninguna amiga? Andrea no cuenta, ella no va al instituto y tampoco somos taaan amigas.

Sin pensarlo. ©Where stories live. Discover now