— ¿Marle?
— Ho–Hola Isabella — Me saludó tímida, Marle llevaba su cabello desmechado y naranja teñido suelto, un vestido negro de verano y zapatillas del mismo color, sus mejillas estaban rojas —. Ten, traje esto — Me extendio un tupper con algo dentro — Lo hice yo.
Se veía avergonzada, o apenada, no entendí bien, le sonreí como pude y me hice a un lado.
— ¿Que estás haciendo aquí? — Mi voz sonó mucho más dura de lo que pretendí. Sentí una punzada de decepción, pensé que seria Anne.
— Yo... No, quería venir, lo siento — Bajó la mirada y aplanó los labios — Me iré. — Se dio media vuelta y comenzó a caminar.
Me quedé estática, sintiéndome como una basura, no debía hacerla sentir así, exhale ruidosamente ,
— Marle — Le dije en voz alta y fuerte, ella me miró por sobre su hombro —. Ven, pasa, no seas boba.
Ella asintió y entró a la casa.
— Perdón por el improvisto, te llamé pero no atendiste.
— Oh, es que llegué hace poco, estuve con mi madre.
Sentí unos ruidos provenientes de la cocina, me gire y allí estaba mi madre, su cara era una mezcla entre confusión y una sonrisa.
Si mamá, yo tampoco sé por qué vino.
— Mamá, ella es Marle — Le indiqué —. Compañera de curso.
— Hola Marle — Se acercó y besó su mejilla —, que alegría, Isabella jamás trae gente a casa. — Le sonrió y negué con la cabeza.
— Hola señora.
— Llámame Elisa — Hizo un gesto de poca importancia con su mano —. Seguiré cocinando, Isabella, ofrécele algo a tu invitada.
— Sí, — Rodé los ojos. — Marle, ¿Gustas de algo? Agua, jugo, gaseosa.
— Jugo está bien.
Asentí y me dirigí a la cocina, tomé un vaso de la alacena y abrí el refrigerador para sacar el jugo, serví jugo y observé a mamá, me estaba mirando fijamente, con esa mirada de Lo sé todo pero estoy esperando que me lo digas tú.
— ¿Qué? — Levanté mis cejas y negó con la cabeza.
— ¿Qué relación tienes con Marle?
— ¡Pues de amistad! — Me excusé rápidamente, recordé el pequeño encuentro la noche anterior en el baño del salón y sentí mis mejillas arder.
— ¿Oh si? — Levantó una ceja mientras revolvía la salsa.
— Sí. — Asentí firme.
— ¿Has visto como te mira?
— ¿Cómo me mira? Mamá estas loca, me mira como cualquiera me miraría — Me defendí, mientras guardaba nuevamente el jugo en el refrigerador.
— Te mira como si fueras la persona más hermosa.
Negué.
— Isabella, desde el día en que cruzaste con tus pequeñas trenzas por la puerta de entrada, fuiste transparente para mi, sabes que no tengo nada en contra de que tengas pareja, sólo... Date a ti misma una oportunidad ¿Sí?
— ¿A qué te refieres?
Se acercó a mi y me tomó suavemente por los hombros.
— No te cierres tanto...
Aplané los labios y bajé la vista.
— Lo intentaré.
Me dirigí al living y le ofrecí el vaso a Marle, que se encontraba ya sentada en el sofá, me senté junto a ella y su aroma llegó a mi nariz, olía muy bien, me tomé un momento para observarla, ojos verdes, nariz redondeada, boca roja naturalmente y alguna retoque de maquillaje en sus pestañas.
Ella me pilló mirándola y me sonrió sonrojada.
¿Dónde esta la Marle atrevida de siempre?
— Tu mamá es muy bonita.
— Lo sé — Sonreí.
— Pero no se parece mucho a tí.
La mire y asentí sonriendo.
— No es mi madre biológica.
— ¿No? — Me miró sorprendida.
— No — La mire —. Soy adoptada
— Vaya — Me miró —. No lo sabía, lo siento.
— Descuida, — Le resté importancia con un gesto de la mano — Estoy bien con eso, muy agradecida con mi vida, y con mi madre, la amo.
Ella me miró y fruncio apenas sus ojos, sonrió muy levemente y me sentí extraña, me pregunté si esa era la mirada de la que hablaba mamá, tal vez no, nunca fui buena leyendo a las personas, alguien me había dado esa mirada antes, pero no supe recordar quién, me inquiete, no sabía cuando llegaría Anne.
— ¡Niñas! ¡A comer! — Gritó mi madre.
Fuimos hacia la cocina y nos sentamos en la redonda mesa.
Justo en ese momento sonó el timbre, y me congele.
— Vaya, parece que tendremos un almuerzo interesante, Isabella, ve a ver quien es. — Mamá me sonrió.
Asentí y con el corazón en la garganta me dirigí a la puerta.
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Sin pensarlo. ©
RomansaIsabella lleva toda su vida enamorada de... nada más y nada menos que... ¡Su mejor amiga! ¡Así es! Tras toda una vida de mantener sentimientos ocultos, las cosas se dificultarán demasiado cuando se trate de convivir con la mismísima Anne, su amor d...