3. La Casa.

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Por la mañana, Taehyung se levantó, como siempre de madrugada. Salió al rio para traer agua, y cuando iba a la mitad del camino de regreso, cargando las dos enormes cubetas de 20 litros cada una, tropezó logrando que se volcaran ambas y vaciándolas.

Se levantó con trabajos y se miró a sí mismo, lleno de lodo.

─ ¡Solo soy un tipo patético e idiota¡ - Se gritó a sí mismo, entonces vio a Hoseok que, ya vestido, se acercó para ayudarle con las cubetas.

Lo miraba con un brillo diferente en la mirada, sin pena ni algún pudor después de que ambos hicieron el amor la noche anterior.

─ Voy a ayudarte. – Le dijo, y regresaron al rio por el agua. Taehyung iba callado, únicamente mordiéndose los labios porque no tenía nada que decir ante los hechos de la noche anterior.

Llegaron a la cocina y dejaron las cubetas.

─ Ve a cambiarte Tae, luego me preparas mi desayuno... por favor. – Le pidió de una manera muy amable, dejando totalmente desconcertado al chico.

Pero Taehyung estaba furioso, no solo con Hoseok sino consigo mismo. Se sentía como un ser asqueroso e inmoral, que se había dejado tomar como una tonta colegiala enamorada, cuando él ni siquiera guardaba sentimientos amorosos por el mayor.

─ Solo soy una puta zorra. – Se recriminó nuevamente.

Pero se fue al rio, se cambió de ropa y luego de dejar la suya remojando en agua, pues carecían de jabón y corrió a la cocina para preparar el desayuno.

Hoseok regresó dos horas más tarde de lo acostumbrado. Y lo hizo cargado de ropa para el menor, era ropa nueva que habían prácticamente robado de la tienda del pueblo.

─ Ven Tae, te traje ropa, la tuya ya está muy gastada. – Le dijo cariñosamente, enseñándole algunas prendas nuevas.

─ Pero... no es necesario. – Contestó con frialdad, mientras le servía el desayuno.

─ Si lo es, no me gusta verte sucio y con unos harapos. – Le explicó el mayor con calma.

─ No tengo jabón, disculpe pero soy una persona humilde. – Le dijo con algo de ironía, que Hoseok no captó o bien ignoró.

─ Traje jabón, además de la ropa. Quiero que me laves la mía. Tú eres mucho mejor que los soldados que me la lavan. – Le dijo haciendo que el menor, negara con la cabeza.

─ Señor. – Interrumpió un soldado.

─ Entra Jimin. – Le dijo Hoseok al joven recluta que lo esperaba fuera de la casa.

El muchacho entró y se irguió ante el mayor, haciendo el saludo militar. Miró de reojo a Taehyung, pero no hizo otro gesto en su cara.

─ Aquí están los planos que hizo el arquitecto de la base, dice que si nos ponemos a trabajar de inmediato, podremos terminar la casa en... dos semanas. –

─ ¿Le dijiste que quiero tubería, drenaje, luz, etc.? – Le preguntó el capitán, mientras comía de muy buen humor.

─ Si, y me dijo que están incluidos. –

─ Entonces ¿Dos semanas? – Miró a Taehyung emocionado.

─ Sí, señor. – Contestó Jimin y se irguió más aún.

─ Pues... adelante, compren la madera o róbenla, pero quiero esa casa, junto al río. – Le ordenó y el soldado saludó y luego se retiró, ignorando a Taehyung.

Aprendiendo a amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora