5. Escape.

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Taehyung y Hoseok establecieron una rutina diaria. Antes de amanecer Hoseok se levantaba, se duchaba e iba a hacer el pase de lista a los soldados. Luego regresaba a desayunar con Taehyung. Cuando terminaban el mayor se iba a trabajar y Taehyung hacía la comida de sus abuelitos y la de ellos.

Limpiaba la casa y luego salía a caminar. Esperaba a Hoseok para comer y ambos se iban en la tarde al hospital a ver a los niños. Taehyung se quedaba ahí mientras el capitán regresaba al cuartel y finalmente en la noche, pasaba por el menor y se iban juntos a la casa, para cenar y dormir.

Taehyung esperaba el momento de irse. Dejaría a los niños con el mayor pues se daba cuenta de que era un excelente padre.

Sus abuelitos los dejaría en su casa, realmente no pensaba mucho en ellos, pero si sabía que como fuera, la vida de ellos ya estaba resuelta, en cambio la de él, si no escapaba, sería una condena de por vida. Y no quería.

Durante un mes, siguieron de esa misma forma. Cuando terminó Yoon Gi dejó que se llevaran los niños a la casa. Hoseok iba feliz, les había construido una cunita de madera para cada uno y las había dejado pulidas y tan lisas que parecían algodón.

Dormían en el mismo cuarto que ellos, sin embargo, para Taehyung fue incomodo que, la primera noche después de la cuarentena, cuando Hoseok quiso sexo, lo hicieran junto a los niños durmiendo. Así que, con delicadeza le dijo que sacaran a los niños de ahí o bien ellos fueran a otro lado a dormir.

─ Tienes razón, leoncito. – Le dijo sin más el mayor.

─ Entonces dejemos de tener sexo, digo, mientras los niños crecen. –

─ Nada de eso, yo no puedo estar sin ti más de dos días. – Le dijo apretándolo contra su cuerpo, siempre caliente.

─ ¿Entonces qué haremos? – Se desprendió del abrazo.

─ Regresaré a tus abuelos a su casa. – Le dijo sin más.

─ No, por favor, no hagas eso. –

─ Pero... no cabemos en la casa, la verdad no pensé que necesitáramos de privacidad tan pronto. –

─ No los saques, ellos están muy bien aquí, por favor. – Le dijo y sabiendo que si era tierno con él, Hoseok haría lo que él quisiera, lo abrazó y lo besó. – Déjalo así, yo cerraré los ojos. – Dijo bromeando. El capitán lo miró embobado.

─ No me gusta que estés incómodo. – Lo besó, metió la lengua en la boca del chico. Lo deseaba y quería poseerlo pero sabía que el menor no se sentiría muy cómodo si la noche anterior lo habían hecho.

─ Lo haremos como tú quieras, Hobi. – Le dijo cariñoso y sonriente. – Pero no los saques, por favor. –

─ Mira, amor. – Susurró en el oído. – Les reconstruiré su cabaña y así vivirán muy bien, pero en otra casa. – Le apretó el trasero. - ¿Cómo ves? –

─ Bien, gracias. – Y se alejó pues no tenía ganas de sexo, otra vez. Entonces Hoseok lo jaló y volvió a abrazarlo.

─ Pero no me rechaces... gatito lindo. – Le susurraba. El olor de Taehyung lo enervaba y sentía dura su entrepierna. Lo acarició en el pecho, pasando su mano por la suave piel del menor y mientras lo besaba apasionadamente.

Entonces escucharon una voz que los interrumpió:

─ ¡Capitán Jun, venga¡ - lo llamó Jimin, el soldado raso.

Hoseok corrió y vieron que a lo lejos se levantaba el humo, parecía que algo se incendiaba y aparentemente era el cuartel del capitán.

─ ¡Vamos al cuartel, rápido¡ - Salió corriendo, dejando a Taehyung solo con los bebés y los ancianos.

Aprendiendo a amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora