Un camino entre nosotros

3. Aquello que nunca tendrás

-pues bien, ya le hablo un poco a Victoria, supongo que ahora se podrá decir que somos amigos, aunque, en serio siento gran atracción hacia ella, sé que no se fijara en mí, digo, siempre hay mejores, así que solo, voy a tratarla como una amiga, bueno, mi primer amiga...

El lunes, cuando Joel iba hacia el instituto, se le había hecho raro que Victoria no hubiera subido, tal vez no se sentía muy bien, pasó el día y cuando era hora de almorzar, No encontró ningún lugar libre en la cafetería en donde sentarse para poder comer, solo quedaba un lugar con una de sus compañeras, por lo que él sabía, se llama Elena y no tiene muchos amigos, lo cual era raro,motor que ella era atractiva e inteligente, pero al parecer a la mayoría de chicos ya no les llama la atención estas cosas; Joel se acercó y le pidió permiso para poder compartir el lugar, ella de una forma algo nerviosa acepto, ninguno de los dos durante ese tiempo sentados dijo algo o cruzaron miradas, cuando Joel terminó se levantó, le agradeció a Elena, por haber aceptado que el tomará ese lugar y antes de poder irse, Elena aunque algo tímida le dijo
-si gustas, traigo un poco de chocolate para compartir, claro que no es obligatorio, solo si quieres, pero no es necesario si no te apetece...
-mmm, claro, ¿por qué no? Y así tal vez nos podamos hablar un poco para conocernos
- por supuesto, me parece una gran idea
Pasaron los minutos, y sin darse cuenta, Elena ya se había enamorado de Joel, de la forma en la que habla, de cómo piensa, cómo puede ser tan interesante y divertido durante una conversación, todas esas cosas pequeñas que para los demás no eran la gran cosa,Mahoma para ella se significaban lo que más le llamó la atención de el, pero si había algo que ella no sabía es que en realidad el corazón de Joel ya le pertenecía a alguien más.. Después de esto, la campaña sonó y ambos se despidieron y se fueron, Elena no pudo dejar de pensar en él durante todo el día, pero Joel, ya ni siquera recordaba perfectamente con quién y de qué hablaba, solo podía pensar en Valentina, que por lo visto aún no sabía mucho de ella.

Al día siguiente Valentina ya se había encontrado en el autobús con el, como era costumbre, se pasaron hablando el camino sobre sus intereses, cualidades, fobias, esas cosa; cada vez conociéndose más el uno al otro.