Capítulo 6: Castigo

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Poco a poco tuvimos que regresar a la realidad: estábamos en la pista de una fiesta ajena, con mucha gente. Y esa gente empezaba a mirar. Andrew me tomó de la mano y me jaló fuera de la pista. Estaba tan en la idiotez, que ni siquiera sentí que caminaba, sólo me dejé llevar por él.

Noté que nos encaminaba hasta nuestra mesa, se inclinó sobre su saco y extrajo su móvil, cuando lo prendió se le bajó la sangre del rostro.

─Andy, Dios mío... Son las 12:15 de la noche.

─Ah, sí... Es temprano.

─ ¿Temprano? Se suponía que tenías que volver a las diez...

─ ¡Mierda!─ me cubrí la boca, ya para qué, ya lo había dicho... Ahora sí me cortarían la cabeza.

─Le hablaré a Mariana, joder... Apenas la encuentre, nos vamos.─ ya hasta la intensidad del beso se me había ido, bueno no... Pero el miedo competía épicamente contra la excitación. ─Tranquila, Andy, yo correré con la responsabilidad de todo... ─entonces me sonrió, ya no me veía como a una niñita, había algo más en esa intensa mirada azul. Asentí varias veces y le sonreí también. Saqué mi celular de mi bolsa y en efecto, como me lo esperaba; tenía 10 llamadas perdidas de casa. Creo que me estaba poniendo enferma...

─Mariana, ¿en dónde demonios estás?... Pues te quiero aquí en menos de lo que digo tu nombre, ya... No te estoy pidiendo permiso, te lo estoy ordenando... No me importa con quién estés, dije aquí, ya.─ colgó. Mariana me odiaría, en realidad nos estábamos yendo por mi culpa. Miré a Andrew y él relajó un poco la mirada, en ese momento marcaron de nuevo de mi casa, creo que me puse verde, o quizá morada... ─Dame, yo contesto.

─Oh, no... Eso empeorará las cosas.

─Claro que no, dame ese teléfono.─ le di mi celular y él respondió. No era la primera vez que le tocaba convencer a mi madre de no matarme, utilizando su carisma. ─... Lo sé, lo sé, señora Anderson, mis disculpas. Sólo que las niñas se emocionaron con todo eso del ramo y el pastel, no podía llevármelas sin que bailaran un rato. Pero ya nos vamos, tranquila, está aquí, de pie, y en una sola pieza.─ me guiñó un ojo, bueno, yo estaba peor que semáforo, cambiaba de color a la menor provocación. ─Claro, ahorita se la paso.

─ ¿Bueno?

─Donde hayas tomado, Andrea

─Mamá, el postre fue melocotón al vino y helado de vino, ¿tú qué crees?

─Ay, sí, ahorita me lo voy a creer. Si cuando tú vas, yo ya fui y vine tres veces.

─Mamá, ya lo sé, pero es verdad, no tomé... No mucho, quiero decir.

─Andrea... Tu papá está muy preocupado.

─Vamos, no estoy sola. Y estoy en una fiesta de adultos, con música de adultos, rodeada de gente con más de 60 años. ¿Qué cosa mala puede pasarme?

─En todos lados hay canallas... ¿Qué tal si te faltan al respeto?

─Madre, por favor...─ oh, si Andrew era ese canalla, podía faltarme al respeto cuanto quisiera... Oh, sí.

─Bueno, Andrea, ya te dije...

─Mamá, tranquila... Sólo esperamos a que Mariana vuelva del... baño y nos vamos.

─Nada más no.

─Que sí...

─De acuerdo.

─Te quiero, ya no seas tan gruñona.

─Ya verás cuando vengas, Andreita. Cuídate. Oye...

─ ¿Sí?

DILF ~ FanFic Tom Hiddleston Donde viven las historias. Descúbrelo ahora