Capítulo V: Consejo Nº4.

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Jimin no suele confiar en las personas.

Quizá esa sea la razón por la que nunca ha tenido una relación estable.

La razón por la que su cuerpo ya ha estado contra decenas de colchones, todos llenos de sudor y pecados. Nunca debajo de unas sábanas cálidas, con un brazo rodeándole y puede que una mirada de amor. 

Cuando sus padres murieron, toda la confianza se fue con ellos a la tumba. 


Tras haberse subido al metro, Jimin bostezó con la boca de cuarta y enganchó una de las manos al agarre superior, esperando a que las puertas se cerrasen para buscar un sitio donde descansar su apreciado trasero.

—Eso, señora, usted siéntese... —gruñó por debajo al ver a una mujer embarazada ocupando un sitio al que ya le había echado el ojo.— Para cuando un sitio destinado a chicos con un culo valioso...

¿Había algo peor que pasar cuarenta minutos de pie, con gente restregándose contra tu retaguardia cada vez que se llena un poco el espacio y con su aliento húmedo rozándote la oreja? Jimin no lo creía.

Mientras el viaje procedía, su mente viajó muy lejos, al recuerdo de Yoongi más bien.

Aquel chico de cabello... ¿rubio? ¿Verde? ¿Negro? 

Esto es lo que pasa cuando la autora hace ocho fanfics a la vez y no se acuerda de como caracteriza a sus chinos, ah... 

Digamos que Yoongi era rubio, y joder, Jimin probablemente creía tener un fetiche sin explicación hacia su pelo. Junto a sus cejas oscuras, el conjunto era demasiado explosivo y ardiente para el pobre corazón de Jimin. 

Quizá, todo se jodía cuando pensabas que era un poco imbécil.

No terminaba de entenderlo (aunque su personalidad fuera el único detonante de que estuviese escribiendo una guía, ganándose unos wones en el futuro cuando la publicase con una bonita portada en un portal de internet). 

De pronto, una mirada densa lo despertó de su ensueño. Giró la cabeza y se encontró con que una señora mayor tenía sus ojos clavados de forma poco casta en su culo, casi atravesándoselo con la intensidad en la que lo analizaba.

Jimin deformó su gesto en una mueca. Estaba acostumbrado a que le mirasen el trasero (sobre todo señoras), pero ese tipo de vistazo era más que nada agresivo. Como si no le gustaba la prominencia de sus glúteos.

¿Tendría algún problema con su culo?

Estuvo a punto de preguntárselo, cuando vio su propio reflejo en la barra de metal y entrecerró los ojos, notando... algo... en su pantalón...

"ESTE CULO PERTENECE A MIN YOONGI (está en venta, si desean comprarlo llamen al 0082..."

No siguió leyendo lo que ponía en sus nalgas, con letras escritas en rotulador negro téxtil. 

Yoongi había escrito eso en el pantalón antes de dárselo.

Lo había hecho.

—¡Min Yoongi! —chilló, sobresaltando a la señora que juzgaba su trasero.


Consejo Nº4: Nunca cojas NINGUNA prenda de ropa que te ofrezca Min Yoongi.

HOW TO UNDERSTAND MIN YOONGI  ↔ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora