Cambio de aires

Capítulo 1- De Boston a California

Soy Natalie Tomson, una chica de 17 años, tímida y curiosa, que vive en Boston, y que por el trabajo de mi padre, me tendré que trasladar a California. He terminado décimo grado en mi instituto, y ahora tendré que terminar la enseñanza en otro instituto diferente de la otra punta de Estados Unidos, ¿divertido en? pues no, tendré un verano aburrido, ya que no conozco a nadie, y mi único entretenimiento será un trabajo parcial, que me buscaré para sacarme algo de dinero para un coche.

-¡¡Natalie!!.- gritaba mi padre desde la entrada de lo que ya no será mi casa.-¡Baja ya, nos tenemos que ir!

Cogí todas mis cosas, mis maletas de ropa ya estaban abajo, lo único que tenía que hacer era coger mi Iphone, que lo guardé en el bolsillo delantero de mis jeans, y mi portatil, que ya estaba guardado en la mochila en la que llevo todas mis demás cosas electrónicas que usaré para entretenerme en el largo y aburrido trayecto en coche hacia California. Todos mis amigos aman California, y yo la amaba, hasta que me tuve que ir a mudar allí, y separarme de todos mis amigos que tengo aquí. El día de la despedida fue dura, pero nunca hay que esperarse una despedida buena, aunque lo pasamos bien ya que me hicieron una fiesta sorpresa de despedida.

Bajé escaleras abajo corriendo, pero sin caerme, y me paré en seco justo en la planta bajo, contemplando por última vez esta casa, la voy a añorar, y demasiado.

Salí de la casa, y me metí en el coche, esperando a que mi padre entrara en la parte del pilóto, y arrancase hasta un nuevo rumbo, California.

-¿Estáis felices por vivir en una ciudad nueva?.- preguntó mi madre, girandose en su sitio en la parte del copiloto para mirarnos a mi hermano Jacke y a mí.

-Yo no.- dije seria, refunfuñando.

-Pues yo sí, conoceŕe a gente nueva, y seré el nuevo en el instituto, así que será una ventaja.

-Renacuajo, ser el nuevo no mola, todo el mundo se meterá contigo y no te aceptarán.- dije mirandole chinchandole.

-¡Natalie Tomson, no le digas eso a tu hermano!.- me riñó mi padre, mirandome por un segundo desde el espejo retrovisor.

-Pero sí es la verdad, yo también seré la nueva, y me pasará lo mismo que a él, no será el único que sufrirá.-dije ya echando chispas.

Todos se callaron hacia mi comentario, o más bien me ignoraron, o no quisieron decir ni una palabra más para que la pelea no fuese a más. 

Me puse los cascos y empecé a escuchar música, con la que poco a poco me fui quedando dormida.

***

-Natalie despierta, ya hemos llegado.- dijo mi hermano mientras me balanzeaba para que me levantase.

Me estiré, recogí mis cosas y me bajé del coche, contemplando la urbanización con un montón de casa, y bonitos jardines, luego me fijé en nuestra nueva casa, es bonita. Me gusta.

-Quien llegue el último al segundo piso, se queda con la peor habitación.- le dije a mi hermano, y empezamos a correr hacia las escaleras, subí la primera, ya que el se resbaló al empezar a correr y estuvo en desventaja. Al llegar arriba elegí la habitación más grande, con un gran ventanal.

Mi madre subió y me dió las cajas de mis cosas, y mi padre me montó la cama y las estanterias junto a mi escritorio, depués de que el terminase su trabajo en mi habitación, se dirigió hacia la de mi hermano, para hacer lo mismo que hizo en la mía.

Empecé a decorar mi habitación, aunque necesitaba pintarla de otro color, ya lo haría más adelante. Pegué posters de mis artistas favoritos, fotos con mis amigos y otros accesorios para darle vida.

Cuando terminé, encendí el ordenador, para buscar un trabajo a tiempo parcial, con el que me ganaría un dinero para comrparme un coche. Depués de buscar un buen rato, encontré un trabajo de camarera, en un bar musical, donde se hacían actuaciones, que se encontraba a las afueras de la ciudad, y pagaban muy bien.

Al rato de haber llamado al establecimiento para aceptar el trabajo, me  fui al baño que tenía en mi cuarto, y me dí una larga y relajante ducha, cuando salí, busque en mi armario un pijama, y me acosté. Mañana sería un gran día.