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Primer día.

Lunes. 

Un día bastante tranquilo, ya era la hora del almuerzo y Park Jimin estaba sentado en su pupitre, solo como le era costumbre, pensando en lo fascinante que le era ver el cielo y escuchar la nada.

Nunca le había gustado ser el centro de atención de nadie, le parecía absurdo ya que creía que las personas regularmente pretendían ser algo que realmente detestaban ser y sólo con el mísero propósito de encajar en este mundo. Su ideología le parecía lógica ya que todos los jóvenes que conocía ponían en práctica esa tonta intención de conseguir la popularidad.

Lo que nos lleva a Min YoonGi, el tipo lindo y popular del colegio, un ciclo mayor que él, sí, aquel que Jimin detestaba, pero, de algún modo, le atraía y causaba curiosidad.

YoonGi era amable y aún teniendo atención por parte de todos, se compadece por las personas que gustaban de él y, tenía una extravagante forma de ayudar a aquellos a cumplir sus deseos y fantasías (sexuales no ya que era una de sus reglas, ''nada de contacto físico'') con él.

La primera persona que confesara su amor el lunes a primera hora, tenía la oportunidad de salir con él durante nueve días pero claro, tenía una condición que dejaba muy en claro al final de las citas; si no lograba enamorarse de la persona en esos nueve días, borraría cualquier tipo de contacto con la persona y nunca más cruzaría una sola palabra con él/ella. Era obvio que no iba a ser fácil para ninguno, lograr ese cometido que YoonGi planeaba conseguir finalmente en alguien sería complejo e incluso un tanto imposible, a pesar de que YoonGi estaba 100℅ abierto al amor.

Al finalizar el almuerzo, el salón poco a poco se iba llenando de alumnos aún comiendo y bromeando de camino a su asiento. Jimin prefería ignorar todo tipo de llamado que le hicieran sus insoportables compañeros y esperaba a que cerraran la boca de una vez, recostado y escondiendo su cabeza entre sus brazos.

Su tranquilidad fue interrumpida por un intenso golpe en su espalda. Jimin desconocía de quién se trataba así que, un tanto exaltado y frustrado, levantó la cabeza y buscó con una intensa mirada al adefesio que se atrevía a molestarlo. Se encontró con la estúpida sonrisa de su amiguito, Kim Taehyung, de cuclillas recargando sus codos en el pupitre de Jimin y sostenía su cara entre sus manos.

— ¿De nuevo apartado del mundo, raro? — dijo aún sonriendo.

— No, tonto. — el impulso de Jimin fue mayor y golpeó la frente de Taehyung con su mano lo que provocó que el joven risueño, perdiera el equilibrio y callera de trasero al suelo. — ¿Qué quieres? Sabes que odio que me molesten cuando estoy tranquilo.— suspiro y se levantó de su tan cómodo asiento para ayudar a su mejor amigo.

— Odias todo, Jimin. — tomó la mano que Jimin le tendió para ayudarlo a ponerse de pie.

— No lo hago, sabes que soy alegre y amable...

— Sí, amable. — sacudió su pantalón para no dejar rastros de polvo.

— Bueno, lo soy pero de manera diferente a como todos catalogan la amabilidad. — tomó asiento de nuevo. 

— Sí, claro. — jaló un pupitre para sentarse junto a su querido amigo. — bueno, no vengo a charlar contigo de lo altruista que eres.

— ¿Y entonces qué quieres? — Kim estaba terminando con la paciencia de Park. No era bueno, para nada bueno.

— Pues, Yoo Bin le va a declarar su amor a YoonGi. ¿No te duele? — inspeccionó el rostro del rubio para encontrar una expresión indescifrable.

Bae Yoo Bin; primer grado, al principio de haber entrado, ''se enamoró'' perdidamente de Taehyung (sólo por una semana), a los dos meses se le confesó a Jimin y ahora al ir a la mitad del ciclo escolar, confesaría su amor a Min YoonGi.

Yoo Bin, tan suelta como siempre.

— ¿Y qué quieres que haga? — suspiró y volvió su mirada a la ventana.

— Nada, sólo quiero que me acompañes a ver como YoonGi la rechaza.

— No seas tonto, YoonGi no rechaza a nadie.

— Cierto.— dijo resignado.

— Iré al patio trasero a pensar en cómo conseguir amigos inteligentes. Si el maestro viene, dile que fui a la enfermería. — se levantó, acomodó su uniforme y salió por la puerta esquivando a sus tontos compañeros.

Caminó hacia la entrada del patio trasero, con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón. Al salir, se encaminó a una pequeña banca solitaria que daba la espalda a la puerta, y se encontraba junto a un gran árbol.

Se sentó para finalmente recostarse y deseo con todas sus fuerzas que nadie lo molestara. Cerró los ojos y preparándose para tomar una relajante siesta. Pero claro, Jimin, el ''amargadito'' no tenía tan buena suerte. La puerta que antes había atravesado para llegar a donde ahora estaba, fue abierta y al instante, cerrada.

— Ah. — un suspiro fue lo único que se escuchó.

Jimin aún con los ojos cerrados esperando que el tipo (ya que ese suspiro era de un hombre y no de una mujer) se esfumara.

Olor a tabaco, fue lo primero que atravesó entre sus fosas nasales.

Repulsivo.

— No está permitido fumar en el colegio. — dijo finalmente abriendo los ojos pero aún recostado en aquella banca fría.

— ¿Qué mierda? ¿Quién está aquí? — una voz grave y muy varonil hablo.

Jimin reconoció a la perfección esa voz, o sea, no conocía a la persona detalladamente pero si había intercambiado un saludo varias veces.

— ¿YoonGi? — dijo sorprendido e incorporándose a la banca rápidamente para voltear y encontrarse con un chico alto (no demasiado), de cabello negro, piel demasiado pálida y ojos penetrantes sobre él.

— Ah, Jimin. Me asustaste. — sonrió mostrando sus encías.

Un vuelco en el estómago de Jimin fue lo único que sintió. Por más que le cayera pésimo YoonGi, le atraía su físico y su forma de ser. No del modo gay, según él.

— No era mi intención. — se puso de pie y dio la vuelta a la banca para después quedar frente a YoonGi a unos dos metro de distancia. 

— Bueno, respecto a tu queja de hace un momento... — puso el cigarrillo sobre sus labios y calo* finalmente. — ...tengo que fumar antes de que alguien se confiese. Es algo raro pero me preparo para esto. — exhaló.

— ¿Nadie se ha confesado a estas horas? — le parecía extraño ya que faltaba poco para que las clases terminaran.

— Bueno, no. — tiró su cigarrillo y lo aplasto con su pie para apagarlo.

Jimin no lo creía, se suponía que Yoo Bin le confesaría su amor. ¿Qué pasaba con el mundo hoy?

— ¿Quieres salir conmigo? — soltó Jimin impulsivamente. Sí, lo pensó en voz alta.

— ¿Qué? — alargó la palabra.

— Mierda. —susurró.

Quería echarse para atrás pero bueno, ya la cosa estaba hecha. Intentaría averiguar qué respondía el otro.

— ¿Acaso está mal? ¿Va contra tus reglas qué un hombre quiera salir contigo? — su rostro parecía tranquilo pero por dentro, era un lío total.

— No tengo reglas, sólo... es extraño.

— Bueno, piénsalo. Me tengo que ir. — sonrió y caminó hacia la puerta pasando de largo a YoonGi.

— No lo puedo creer. — dijo al escuchar que la puerta era cerrada a sus espaldas.





Jé, hola.

Espero les guste el capítulo :^) no soy primeriza en esto de escribir pero parezco. Intentaré mejorar. 

Gracias por leer. 

nine days (yoonmin)🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora