22.- Estúpida Esperanza

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Disclaimer: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling (menos los que invento yo xD)

Cancion recomendada: "Je ne vous Oublie Pas – Celine Dion"

Hermione despertó a la mañana siguiente aunque su cuerpo estaba cansado aún. Se preguntó el porque... y prontamente todas las imágenes de la noche anterior llegaron a su mente, haciendo que se ruborizara de una manera alarmante y una sonrisa se dibujara en su rostro.

Se giró y vio que estaba sola en la cama y completamente desnuda... completamente alarmada agarró una camisa negra de Draco y se la puso en cuestión de segundos aunque le quedaba bastante corta, por lo menos tapaba lo que debía tapar. En ese momento escucho desde atrás, en la puerta

-No se suponía que despertarías – dijo el chico mientras la miraba con una sonrisa sexy en el cuerpo, admirando lo bien que le quedaba su camisa a la chica.

Hermione se volteó y vio para su sorpresa que Draco le había traído el desayuno a la cama, en una bandeja con muchas golosinas que también traía encima una hermosa rosa roja. Ella corrió hacia la cama y se sentó de un salto. Draco se acerco a ella y dejando la bandeja en su regazo con sus ojos grises fijos en los de ella, pudo ver como se ruborizaba al verlo.

Draco la besó tranquilamente en los labios y luego rodeó la cama y se sentó por el otro lado, mirándola fijamente a los ojos.

-No me mires así... - dijo tímidamente la castaña.

-Así como? – Preguntó burlonamente – no te puedo mirar... ahora?... ya es medio tarde, no?

-Draco! – le dijo bajando la mirada hasta la cama muy avergonzada

-Hermione... me haz hecho el hombre más feliz del mundo... lo era antes de ayer, y anoche sobrepase los limites posibles de felicidad, créeme...– le dijo tomando su rostro por la barbilla y levantándolo para fijar sus ojos en los de ella – ...no tienes que avergonzarte. Ahora come.

La castaña asintió, mientras ambos comenzaban a comer los dulces, chocolates y galletas que el chico había traído, sintiéndose cada uno completamente feliz y completo.

Esa mañana la ocuparon en limpiar la casa y borrar todo rastro de su permanencia en ella. Sacando los adornos y llevándose el árbol fuera, ordenando habitaciones, recogiendo ropa y eliminando la comida.

Faltando diez minutos para las seis de la tarde, la casa estaba como nueva, nada indicaba que ahí habían pasado unas pequeñas vacaciones de cuatro días, dos adolescentes especialmente desordenados. Esos cuatro días llenos de amor, de risas, de pequeñas aventuras y travesuras, tardes de películas, horas de cariño... No había vestigio de nada en esa cabaña, de ninguno de esos tantos momentos... ahora solo tenían sus recuerdos, los más preciados. Y su amor... Ahora más fuerte, maduro y compenetrado.

El tren llegaba a la estación de Hogsmeade a las seis en punto, por lo que tenían que aparecerse a esa hora a la orilla del lago. Y así lo hicieron. A las seis en punto aparecieron junto con sus baúles, y escucharon el sonido del tren deteniéndose en la estación.

-Estas fueron las mejores vacaciones de mi vida – le dijo Hermione sentada sobre su baúl, mirándolo a los ojos.

-Como no... si estabas conmigo – le dijo el chico sonriéndole. Luego ante la mirada fulminante que le lanzo la castaña agrego - ...para mi fueron los mejores cuatro días de mi vida, Hermione.

Se unieron en un beso apasionado, muy distinto a los que una vez habían sido. Estos era amor puro, con pasión y deseo.

Poco a poco los murmullos iban creciendo. Se acercaron a la orilla del camino y cuando vieron que la multitud en su mayoría ya iba camino al castillo, ellos se unieron al gentío pasando desapercibidos.

Gracias al Destino [Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora