Me paralice por completo. Podía jurar que mi corazón se detuvo- Perdón, Vi. Sé que es tu mejor amigo y debi decirte antes pero estaba muy nerviosa y no sabia si él sentía lo mismo, y con lo de Kendall pues menos.- Seguía en shock, lo único que podía hacer era mirarla.
Creí que no nos ocultabamos, pero no me puedo quejar porque he sido mucho peor amiga con todo lo que le he ocultado. Pero sé que no es tan malo como lo que ella no me dijo. Lo mio fueron mentiras piadosas que, ciertamente, no afectan a nadie.
- ¡Dime algo, Vi!
Realmente estaba intentando no ahorcarla en ese momento.
- Oye, ¿estas bien?. Estas muy pálida.
- Si, si. Estoy bien.- Dije después de un momento. - Es solo que me sorprende mucho y me duele.- Eso último no lo pude detener.
- ¿Como que te duele?- Dijo inmediatamente.
- Si, me duele el hecho de que no me hayas dicho esto antes.
- No te enojes. No fue mi intención enamorarme de él.
No pude pasar por alto el hecho de que dijo la palabra enamorarme y fue como la cereza del pastel. Un pastel que pronto me caería encima.
- No estoy enojada, estoy... Sorprendida.- Utilizaba todas mis fuerzas para disimular mi tristeza y enojo por la idea de que Alice quería a Alex como yo lo quiero.- ¿Pero porque te importa lo de Kendall? Solo los viste una vez, es decir- Sin querer se me escapó una risa nerviosa- No por haberlos visto una vez significa que tengan algo, ¿no?
- Fue lo que también pensé yo, pero esta semana los vi mínimo tres veces juntos. Tal vez ella consiguió por fin lo que tanto quería.
Estába al borde de desmayarme. Ya no sabia a quien odiaba más, si a Kendall o a Alice.
- ¿Qué es lo que tanto quería? - Pregunte, porque hasta este punto mi cerebro procesaba muy lento la información y no logre entender a que se refería con eso.
- Hacer la perfecta pareja- Dijo, como si hubiera sido muy obvio. - Pero por eso necesito que lo averigües. Por favor, Vi. Ayúdame.
Tenía dos opciones: Ignorar lo que me acaba de decir y así evitar entrar en depresión masiva; o bien, enfrentar las cosas y sacarme de dudas.
La primera opción, si fuera cierto lo que vi esta pensando, pasaría tarde o temprano. Así que mi única opción era enfrentarlo.
Aunque creo que tengo una tercera opción. Esa hubiera sido, probablemente, mi salvación. Contaba básicamente en convencer a Alice que su teoría era absurda y que su amor por Alex era solamente atracción. Sí, eso haría.
- Estas loca. - Dije. - ¿Cuantas veces haz visto a Kendall con un chico? Sabemos como es, además, recuerda que ello tienen que ver lo del partido de la próxima semana. Seguro que es por eso que han pasado tiempo juntos.
- Tienes razón. A Kendall le encanta andar con todos, pero que él ande con ella es diferente. ¡Es tu mejor amigo! Deberías saberlo.
- Exacto- Conteste de inmediato- El me cuenta todo, y no me dijo nada acerca de Kendall. Solo olvídalo.
- No. - Su manera de decirlo me hizo ver que empezaba a irritarse. - Por favor, Vi. No te cuesta nada.
Antes de que pudiera contestar, mamá y una gran canasta con un moño entraron al auto.
- Listo, chicas. Vamonos que se hace tarde.
Le di una ultima mirada a Alice para luego girar mi vista hacia la ventanilla el resto del viaje.
~*~
Cuando llegamos a la propiedad de la familia de Mark quede completamente impresionada. La casa era gigante, por lo menos tres veces más que la mía. Era antigua, eso era obvio, pero con un muy buen cuidado.
Bajamos del auto y nos detuvimos en la puerta principal.
Faltaba un minuto para que dieran las 7:00 p.m. Cuando el reloj marco la hora, mamá toco el timbre, el cual sonó por toda la casa.
Escuche pasos que se dirigían a la puerta. Supuse que era Mark, pero al momento en que la puerta de abrió supe que estaba equivocada.
- Hola. Usted debe ser Helena.
Era realmente guapo. El chico que abrió la puerta parecía salido de la imagen de algún perfume costoso. Llevaba vaqueros negros, una camisa blanca y zapatos negros. Era imposible no quedarse mirando esos increíbles ojos azules. Su cabello rubio despeinado y piel blanca como la más fina arena lo hacía parecer el chico más lindo del mundo; sin embargo, esa mirada feroz y el aro en su labio inferior, lo transformaban en un chico malo a la vez. Una combinación para nada desagradable.
Después de cinco segundos, volteé hacia otro lado para que no se diera cuenta que me había quedado embobada. Gire la cabeza hacia donde estaba Alice y pude notar que tenía la misma expresión que yo. Un destello que enojo me asalto el cuerpo. No podía creer que Alice y yo tuviéramos los mismo gustos. Estába bien que fuéramos mejor amigas y todo, pero hay un límite al grado de que nos gusten los mismo chicos. Eso ya no está padre. La ropa, la entiendo; al igual que la comida, pero eso era la peor cosa.
- Si, soy yo- le dijo mi madre. - Ella es mi hija Victoria, y ella, su mejor amiga.
- Alice. Mucho gusto- le sujeto la mano muy rápido y con mucho entusiasmo al mismo tiempo que se presentaba, y, en mi opinión, pareció una loca necesitada. Tal vez no tanto, pero seguía enojada con ella.
- Seguro- dijo. No creo que no haya notado el comportamiento alocado de Alice.
Lo dije, Loca.
- Derek. Pasen, mi tío esta por bajar.
- Gracias.- dijimos al unísono, mi mamá y yo lo hicimos por, pero Alice más bien pareció entusiasmada por la idea. Aunque era obvio que tendríamos que pasar.
Tenía un encanto singular, como el de un caballero rebelde.
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PAUSA
Teen Fiction¿Porqué yo? ¿Porque precisamente yo? Todo iba bien, toda lo que soñaba se estaba haciendo realidad; todo lo que necesitaba esta ahí: Alex. Alex, Alex, Alex...