Llegamos a casa después de que Alex hiciera que me pusiera roja como una manzana.
No tuve palabras con su comentario, así que me límite a sonreír y echarme a andar hacia su carro.
Cuando el coche aparco afuera de mi casa me quite el cinturón y abrí la puerta. Estába apunto de salir cuando su voz rompió el silencio que se había mantenido durante todo el viaje.
- ¿Nos vemos mañana?.- Me miró directo a los ojos y vi esperanza en ellos.
- Claro que si.- Le regale una sonrisa tranquilizadora. - Ven a ver películas en la tarde, si quieres.
- De acuerdo. Nos vemos mañana, Vi.- Se despidió dándome un beso rápido en la mejilla.
Lo único que hice fue sonreír y salir del auto. Cerré la puerta y me dirigí a la entrada de mi casa. Esperaba que Alex arrancará para entrar, pero al parecer el quería que yo entrará para irse.
Sonreí como último gesto de despedida y abrí la puerta para después, -antes de echar un último vistazo del coche- cerrar la puerta a mis espaldas.
Había pasado un buen día con el, incluso, olvidé mis problemas por un rato, hasta que vi a mamá.
Todo regreso a mi cabeza y no quise agobiarme discutiendo con ella.
Para ser sincera, ni siquiera tendría que haber estado enojada, es solo el hecho de que no puedo creer que quiera a alguien más.
Mamá estaba sentada en un sillón de la sala leyendo, así que subí las escaleras lo más rápido y silenciosamente posible.
Entre a mi recámara y aventé mi bolso a algún lugar y me tire en la cama, quedando boca arriba observando el techo.
No sabía porque, pero me sentía... Triste. Era como una sensación de desesperación y estrés al mismo tiempo, combinado con enojo, tristeza y cansancio. Pero bueno, si sabia porque me sentía así. Lo que no sabia era el porque me seguía afectando. Más bien, ¿Por que yo me seguía agobiando con algo que no sabia si ocurriría o no? Digo, mi vida puede cambiar el día de mañana sin que lo hubiera previsto, y aun así sucederá. Tratare de concentrarme en el hoy y el ahora.
Me levanté de la cama porque tenía que quitarme mi ropa y cambiarla por mi pijama, lavar mis dientes y desmaquillarme. Fui al baño e hice todo lo que me había propuesto.
Saliendo del baño divisé la pequeña caja en el tocador, el regalo de papá este mes.
Me acerque y me senté en la silla que esta enfrente del tocador. Tome la caja entre mis manos y miré como venía envuelta. Casi siempre era el mismo color morado y con un moño, que ese si era simpre diferente de color y tamaño. Le quite el moño y lo guarde en una caja con los demás, me gustaba mucho tenerlos. Sentía como si los escogiera especialmente para mi. Después, rompí el papel y lo deje alado.
Si quería empezar a vivir en el ahora tenía que cerrar este ciclo.
Este será el último regalo que habrá.
Lo abrí. Venía una caja de joyería, una tarjeta pequeña y una carta..., leí primero la tarjeta.
Espero que te guste. Desde Porto Corsa, tu papá.
Abrí la caja encontrándome con un un collar, con un dije de corazón con el algo escrito.
Principessa
Sonreí de ternura y alegría, era precioso. Lo tendría conmigo todo el tiempo.
Me lo puse en el cuello y miré en el espejo para ver como se veía.
Hermoso.
Y no porque lo tuviera puesto yo, sino por el significado que había cobrado para mi.
Gire un poco la cabeza y vi la carta. Hace mucho que no me manda cartas. Tampoco llama, pero a él nunca le gusto eso de los celulares y la tecnología, a mi tampoco. Supongo que eso era algo que teníamos en común; nos gustaba más lo clásico y antiguo, por eso mandaba cartas. Yo amaba recibirlas, es con el único que puedo hacerlo, pero no del todo.
Había escrito miles de cartas pero no pude enviar ninguna. No se si algún día podré; no sabia nunca en donde estaba, así que es imposible. El, sin embargo, sabe que de casa nunca salía. Sabe que si las manda, las recibiré.
Iba a empezar a leer cuando sonó mi celular. Agarre la carta y la puse en el cajón para después cerrarlo.
No sabía si realmente aguantaría no abrir los obsequios.
No está mal ver al pasado. Creo que realmente es lo que no forma como personas, lo que está mal es quedarse en el. Después de todo, los regalos que me manda son mi presente. Es como si estuviera con el y el conmigo. Lo que no debo de hacer es aferrarme a la idea que me dejo, si no que hoy en día el es feliz y yo lo soy.
Supongo que la leería luego. Probablemente era acerca de lo maravilloso que era el lugar en donde estaba, o cuanto me quería y me extrañaba y eso me hacía feliz. De verdad que quería contestarle que el sentimiento era mutuo, pero no podía.
Me levanté de la silla y busque mi bolsa, que había aventado por algún lugar. Cuando la encontré saque mi celular y conteste.
- ¿Si?.- Contesto enseguida con un grito.
- ¡Victoria!.- Era Alice, estaba nerviosa o tal vez asustada, no estaba muy segura.
- Alice, ¿que pasa?.
- Necesito hablar con alguien ahora o explotare. De verdad estoy muy desesperada, necesito que me ayudes a investigar algo..., ¿puedes?
Estaba confundida, ¿Que podría necesitar con tanta urgencia?. - Claro, ¿que tengo que investigar?
- Sí Kendall esta saliendo con Alex.- Me congele ante su respuesta.
Claro que sabía la respuesta..., ¿O no?
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PAUSA
Fiksi Remaja¿Porqué yo? ¿Porque precisamente yo? Todo iba bien, toda lo que soñaba se estaba haciendo realidad; todo lo que necesitaba esta ahí: Alex. Alex, Alex, Alex...