QUEDATE CONMIGO

IDEAS EN ORDEN.

CLARKE:

-Tengo que irme, Clarke.-Sus ojos brillan debido a las lágrimas que se asoman, su barbilla tiembla, como si estuviera aguantando el llanto. Su vestimenta de guerrera, su maquillaje oscuro, su mandíbula apretada y su postura rígida hace que toda esa vulnerabilidad que era reflejadas en sus ojos, en sus palabras tomen un segundo plano para volver a ser la Comodante cuyas emociones son imposibles de leerlas.

-No entiendo nada Lexa, Dios por favor sigue conmigo.-Suplico donde ella me aparta la mirada, suspira pesadamente y se seca una rebelde lágrima.

-Clarke.-Susurra con llanto ahogado.-No entiendes que esto lo hago por ti, por favor no me lo pongas más difícil.
-Pues si es por mi, olvídalo. No quiero que hagas nada por mi.-Digo desesperada acercándome a ella donde me mira a los ojos.-No puedes dejarme.

-No tengo otra opción, Clarke.-Me responde con tristeza.-Lo siento, lo siento tanto.

- No, por favor yo te quiero Lexa.-Su imagen desaparece poco a poco a medida que abro mis ojos debido a unos leves movimientos que balancean mi rostro. Estaba soñando con Lexa... Otra vez. Cuando mis ojos se hacen a la luz artificial de mi habitación, vislumbro a Alycia con un semblante serio ¿Habrá discutido con su madre? Sí, debe de ser eso. Me incorporo con una sonrisa dispuesta a hacerle olvidar todo el mal trago que su madre le hizo pasar.-Hola mi amor.-Me acerco a ella dispuesta a darle un beso cariñoso en los labios, pero justo antes de posar mis labios en los suyos ella me pone su mejilla. Frunzo el ceño, sin entender su reacción y su rechazo.-¿Todo bien ?

-Solo... Apartate Clarke.-Dice seria empujándome suavemente hacia atrás.

-Cariño ¿Qué pasa?-Pregunto preocupada, pero ella no responde y su gesto de decepción mezclado con rabia y tristeza es muy evidente.

-Clarke, déjame sola, vete.-Dice incorporándose y cruzándose de brazos. ¿Ahora que se supone que he hecho?

-Cielo ¿Qué ocurre? ¿Me quieres echar de mi propia habitación?-Pregunto acercándome a ella sin entender que ocurre.

-Clarke, no quiero hablar contigo, quiero que me dejes sola ¡ahora!.-Levanta la voz y tensa mandíbula.

-Alycia, no sé que se supone que ha pasado, pero no voy a permitirte que me chilles de esta manera.

-¿Qué no sabes que ha pasado? - Sonríe sarcástica- Clarke, no hace falta que me mientas.

-¿Perdona?¿Mentirte? ¿De qué diablos hablas?

-Vaya... Ahora te haces la loca ¿Juegas al despiste? Déjame aclararte que eso no funciona conmigo.

-En serio que no sé que se supone que hice y desde luego no sé de que juego hablas.-Sin querer, la paciencia se me está agotado y no creo que pueda aguantar mucho tiempo mi tono calmado y controlado.

-¿Quién es Lexa, Clarke?-Su pregunta me descoloca, me quedo en silencio procurando las palabras que sin saber, se esfumaron de mi cerebro. Ella suspira pesadamente y sus ojos se humedece. ¿Por qué pregunta por Lexa?-Me ha quedado todo muy claro, creí en ti y en lo nuestro, pero lo cierto es que fui tan ciega que no me di cuenta que lo nuestro nunca existió de verdad, fui un pasatiempo para ti... Que necia.-Se limpia las lágrimas que sin cesar caen sobre sus mejillas.

-¿Por qué dices que.. Dios cariño, tu nunca fuiste un juego, lo eres todo para mi Alycia.-Le digo acercándome a ella, pero ella se echa hacia atrás dejándome claro que no quiere que la toque. Joder, me duele verla de esta manera y no saber como reaccionar.-Alycia, por favor ¿Qué ocurre?-Digo desesperada, esperando a que mis incógnitas sean resultas en medio de esta confusión.