Asi Me Enamore De Ti

6. "Un Amor para Hoffman"

San Valentin se habia apoderado del centro de la ciudad. Banderines en distintos tonos de rosa colgaban de los postes de luz, sobre los clandestinos puestos abarrotados de flores. Las tiendas lucían decoraciones llamativas de todo tipo, buscando la atención de los transeúntes, y el aroma a amor y cursiladas entraba por los poros de la piel. Era un día ajetreado, incluso en W.H, donde todos los años, el director dejaba de ser un cascarrabias y permitía a los de último grado organizar un evento para todos, en horas de clases.

Tardamos media hora más en llegar a clases, producto del intenso tráfico. Y una vez subí el par de gradas del Edificio B, pude ver que dentro se vivia el mismo ambiente. Los organizadores corrían por los pasillos, y terminaban de poner las decoraciones. Carteles, flores, peluches, globos, dulces... West High parecia un bazar, con pequeños puestos como los de la calle en los amplios pasillos.

 Una pequeña tarima se habia montado en el campo de fútbol, y puestos como los de la calle se encontraban en la cafetería, en el gimnasio, y en las entradas a los edificios.

Subí hacia el salón, tanto amor y rosa empalagaba la vista.

—¿Lo has traído? —preguntó Erik.

— Sí —asentí, mientras mostraba el regalo dentro de mi bolso.

Ya habia tomado una decisión. Con lo que llevaba ahorrado de dos semanas, el día antes por la mañana, camine todo el centro buscando chocolates o tal vez un arreglo floral. Pero tras entrar en Rocket Fizz, en Ecru Modern Stationer y otras tiendas del suroeste de la ciudad, entendí que el dinero no me alcanzaria. Así que tomé un bus a casa, donde la Pilot estaba estacionada en la calle. Dentro, mama y Morgan terminaban de almorzar.

Me senté, y explique.

—Necesito dinero, no me alcanza lo que tengo

—¿Cuánto necesitas? —pregunto mama

—No le des dinero para eso —interrumpió Morgan.

Solo la ignore.

—Unos cuantos dolares mas

Mamá asintió.

—Déjame lavar los platos, me arreglo y te acompaño.

—Iré con ustedes —dijo Morgan

Asenti. Que fueran testigo del obsequio, le daba más sentimentalismo.

—Vayamos a Luv'n Stuff —dijo Morgan

—Me parece bien —dije.

Almorcé yo también, y al cabo de una hora ya estábamos en Luv'n Stuff, una floristería y tienda de regalos. Luego de merodear un poco, Morgan encontró el peluche perfecto, un conejo; mama busco un par de globos, y se los dio junto al peluche, a la empleada para que los uniera. Le di todo el dinero que tenía, y ella puso el resto.

—¿y terminaste la carta? —pregunto Sam.

—¿La carta? –preguntó Erik.

—Si, le escribí una carta —sonrei.

—¿Podemos leerla?

—No Erik —dije cerrando el bolso —después les digo que dice.

Me habia acostado en horas de la madrugada, escribiendo una carta donde expresaba cada uno de mis sentimientos, lo feliz que me hacía; y como me gustaría ser mas que su amigo. Era algo privado que solo ella y yo tendríamos porque saber.

—¿y tú le vas a regalar algo a Greysi?—pregunte.

— Si, pero se lo enviare a su casa —dijo Erik, mientras mostraba una foto de el regalo en su celular.