Fantasma

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Regina se quedó quieta un largo instante antes de comprender. ¿Se estaba Emma burlando de ella? ¿Era una última manipulación, una salida de emergencia? Ella lo pensaba...Pero pronto, vio el rostro de Emma, su mirada de estupefacción cuando la vio en la habitación, sobre su cama.

Recordó la sorpresa, el miedo y la incomprensión de Emma que parecía no comprender la situación.

«¿Qu...Qué?» acabó ella por balbucear.

Emma entonces suspiró y bajó los hombros, casi aliviada de haberlo finalmente soltado.

«¿No se acuerda?»

«¿Cómo podría acordarme de una cosa tan impensable?»

La irritación de Regina era palpable y Emma sentía la urgencia de explicarle la situación.

«Deberíamos sentarnos, ¿no?»

«Emma...¿qué significa todo esto?»

«Escuche...yo...¿de qué se acuerda? ¿Lo último?»

Regina se dispuso a lanzarle una respuesta mordaz cuando de repente fue cogida de improviso: ¿qué era lo último de lo que se acordaba? Esa cuestión banal debería haber sido fácil de contestar, pero, sin embargo, Regina chocó con lo desconocido.

«Yo...yo...»

«¿Sí?»

«No lo sé...Creo...creo...la granja, ¿no?»

Entonces, Emma suspiró y se sentó en una silla próxima, cerrando brevemente los ojos.

«Es eso...»

«¿Qué es "eso"?»

Emma inspiró y miró a Regina.

«Fue allí...donde usted partió»

El tiempo apremiaba...Zelena finalmente había desvelado sus planes: un viaje al pasado para destrozar la vida de Regina, y tomar su lugar, un lugar que ella creía merecer.

Snow y David, tras haber recuperado la memoria, ahora sabían que su poder residía en el camafeo. Sería suficiente con quitárselo y destruirlo para volverla inofensiva.

Pero había un problema que se interponía entre el plan y Zelena: Rumpel. Este último, controlado por Zelena, era un contrincante que no había que subestimar. Y aunque él no lo deseara, sus poderes eran grandes y Zelena lo sabía.

Snow estaba a punto de dar a luz y todos sabían que el bebé era la última pieza para que Zelena llevara a cabo su plan...mientras él no estuviera, había un margen...

«Debemos contraatacar» dijo Regina

«No sirve de nada, Regina, nos toparemos contra un muro: ella es poderosa y, hecho que no hay que subestimar, tiene a Rumpel de su lado» suspiró David

«¡Contra su voluntad!» añade, como si fuera necesario, Belle.

Regina le envió una mirada como queriendo decir «Vamos a pasar de sus comentarios» antes de volver a la discusión.

«Debemos pararla antes de que nazca el niño. No tenemos otra elección»

«Tenemos a Emma» afirmó David lanzando una mirada a su hija que se había quedado en silencio en una esquina «Sabemos que solo la magia blanca puede detener a Zelena, y sabemos que Emma la posee»

«¿Y? ¿Estás sugiriendo que metamos a tu hija en la boca del lobo? Quizás tenga magia blanca en ella, pero está muy lejos se saber utilizarla correctamente»

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