Apocalipsis Zombie || Harry Styles

Reporte cero: día dos

-¿Uh? ¿Vi.. Qué? -no me entraba en la cabeza. No podía ser cierto. Tenía años y años de recuerdos de la morgue en mi cabeza de mis padres haciendo autopsias, grabando casos.

No eran vigo... Virog... Eso que dijeron. No podían.

- ¿Me estás tomando el pelo?- dije, incrédula.

-No, Abigail. Esto es serio, por favor.

-No entiendo, tú y papá siempre...

-Son recuerdos falsos, Abby –habló mi padre—, siendo pequeña te sometimos a una operación de alto riesgo, pero necesaria, se te instaló una especie de chip en... la cabeza, que controlaba a tus recuerdos, nosotros... elegíamos que podías o no recordar, todo era computarizado.

Mi padre hablaba despacio, casi con temor a como yo reaccionaría o solamente trataba de ayudarme a procesar todo aquello que me decía. No lo logró.

Me mareé. No sentía donde estaba parada. No podía asimilar el torrente de información de mi vida.

Mi vida era controlada.

Mi cabeza era controlada.

¿Quién le hace eso a su hija?

-N-no...—balbuceé—, eso no existe. No se puede controlar a una persona, papá. Eso es... futurista, es ficción. M-me lo están inventando.

Mi padre juntó los labios e hizo algo parecido una mueca al tiempo que ladeaba ligeramente la cabeza.

-Eso es lo que se creen las personas, cariño—bajó la vista; como si se sintiera avergonzado.

En definitiva, me costaba respirar.

- ¿Dónde..., desde dónde me...? No van a volver a manipularme jamás, ¿me oyeron? Quiero que destruyan la computadora, lo que sea que me controle y quiero verlo con mis propios ojos.- el tono de mi voz iba en aumento, cada palabra expresaba más desesperación y traición.

-Tenlo por seguro, Abigail—habló por primera vez la mujer que me resultaba familiar—, es más, te devolveremos todo lo que se te hizo olvidar, lo necesitarás si quieres sobrevivir.

- ¿Qué?

Íbamos camino a Dios sabe dónde, yaciendo en el asiento de la camioneta de mis padres y aferrada a mi mascota como si fuera lo único real y confiable en el mundo, miraba por la ventana las calles. Sentía algo en mi interior, o tal vez no sentía nada, me sentía vacía, engañada, traicionada, me sentía una mentira en su totalidad.

Mi celular no había parado de sonar debido a las notificaciones y mensajes, pero en realidad no tenía cabeza para ellos en ese momento. El chico Zack y los señores extraños, los cuales aparentaban ser sus padres, nos seguían en su propio automóvil detrás nuestro. El chico no había dicho palabra en todo momento, pero se veía igual de desconcertado y confundido que yo. ¿Acaso también le habrían hecho lo mismo?

-¿Qué me harán? -curiosa pregunté.

-¿Querías que dejáramos de controlarte verdad?- padre me miró a través del espejo retrovisor. asentí- Te devolveremos todos tus recuerdos entonces, luego será decisión tuya lo que harás con ellos.

-Sigo sin entender a que se refería la señora; con lo de sobrevivir.

No obtuve respuesta alguna.

Tragué en seco.

Después de lo que me pareció una eternidad, llegamos a un tipo de instituto, contaba con cuatro o cinco pisos; no podía distinguirlo bien, su infraestructura era muy compleja y moderna.