Quinta Parte

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MARATON 3/3

Sin decir ni una sola palabra, Karol pasó de largo a un lado de él y se dirigió hacia la cocina. Sacó de entre los muebles dos copas de vino y al volver al dormitorio, frunció el ceño al ver que Rugge se había colocado un pantalón de pijama, pero su torso aún se mantenía desnudo.

- ¿Por qué estás vestido?

- ¿Tú por qué crees? No me siento cómodo contigo  comiéndome con la mirada.- dijo enfadado.

Ella sonrió, ignorando su mal humor. Al menos él había dejado de hablarle por usted. Eso era un progreso.

- Lo que sea, ya traje las copas.- dejó las copas en el velador y cogió el champán. Sacó el corcho con la destreza increíble de no derramar ni una sola gota y lo sirvió en una copa, luego se lo tendió. Ruggero sólo se la quedó mirando.- adelante, no muerdo.- estiró aún más el brazo en dirección hacia él, después con una sonrisa añadió:- a menos que tú quieras.

Rugge le entrecerró los ojos, pero tomó la copa que Karol le ofrecía y se sentó a la orilla de la cama.  Agradeció que ella haya decidido mantener una cierta distancia al sentarse en el suelo frente a él, con la espalda apoyada contra la pared y la copa en su mano.

- Háblame de ti.- dijo ella.

- No me gusta hablar sobre mí. Tampoco tendría por qué hablarte de mi vida privada, si ni siquiera te conozco.

- Eso es justamente lo que estoy tratando de cambiar. Primero comencemos hablando sobre nosotros para conocernos mejor, y luego podemos tener todo el sexo salvaje que quieras. ¿Te parece bien?

- No, no me parece bien. No me gusta que hables de mí como si dieras por hecho que voy a tener sexo contigo.- dijo con dureza.- ¿Sabes cómo le llaman a las mujeres que se acuestan con maridos ajenos?

- Sé perfectamente que me estoy comportando como una zorra ahora mismo, pero sin embargo no puedo evitar pensar que estoy haciendo lo correcto.- explicó, haciendo una breve pausa para beber un poco de su copa. Ruggero la miró intrigado, preguntándose de dónde había salido esa mujer. Era guapísima, con una personalidad y atrevimiento que le era admirable.- no sé si es mi corazón o solo mi cuerpo el que me dicta acercarme a ti, pero te aseguro que no es mi intención hacerte sentir incómodo con mi presencia o hacerte pensar que te estoy obligando a que tengamos sexo, porque no es así. Me gustas, sí, eres guapo y fue tu cara lo que me llamó la atención al principio, pero también quiero saber tus pensamientos, quiero respuestas. Para empezar, me gustaría saber por qué me observas como si quisieras hacer algo más conmigo que sólo mirarme allá abajo en recepción, justamente como lo estás haciendo ahora. Sé que sientes algo por mí, se te nota en la mirada, no sé si es sólo deseo o alguna otra cosa, pero sea cual sea el sentimiento que sientes al mirarme, me alegra saber que el brillo que hay en tus ojos es provocado por mí.

Ella se había expresado con una naturalidad y fluidez que dejó a Rugge perplejo. Sin ningún tipo de vacilación u oscilación, Karol era directa, siempre prefiriendo la verdad antes que todo. Para Rugge, la sinceridad era una de las virtudes más importantes que debería tener toda la humanidad. Algo que, después de la escena que presenció la semana pasada, le quedó claro que Cande no tenía ni en lo más mínimo.

- Deja de mirarme así.-Karol se sonrojó bajo la penetrante mirada de Rugge.

- Te sonrojaste.

- Sí.- sus mejillas adquirieron un rosa más fuerte.- ¿Y qué?

- Ahí está de nuevo ese color en tus mejillas.- la miró a los ojos, y entonces, él sonrió. Una sonrisa amplia, sincera. Las comisuras de sus labios dolieron, y eso le recordó todo el tiempo que había dejado de sonreír.- eres una chica bastante rara.

Servicio a la habitacion-One Shot. [Ruggarol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora