Años de Gloria

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Mis años de matrimonio con Jason fueron simplemente grandiosos, no hay manera de describir la magnitud de nuestra química, claro que de vez en cuando teníamos nuestras peleas, pero tratábamos de adaptarnos y sobre todo apoyarnos.

En el año 2013 a Jason le ofrecieron un importante puesto en una empresa farmacéutica, era ideal, ya que ademas de ganas mas dinero, tendríamos mas tiempo para nosotros, la única dificultad era que teníamos que mudarnos de país, a Canada.

Entro a la habitación que compartíamos en nuestro hogar, no era muy grande pero era muy acogedora, cobertores blancos, paredes blancas, un hermoso cuadro colgado justo en la cabecera con destellos dorados, yo lo sentía casi perfecto.

- Se para junto a mi y me da un beso en la frente sin pronunciar palabra alguna-.
Hola amor, que tal tu día - quise iniciar conversación, la verdad es que la expresión en su rostro me contrariaba, no sabia si era felicidad lo que percibía, quizá tristeza o una preocupación-.
Bien, bien, ya sabes, lo mismo de siempre, mucho trabajo, y estoy algo cansado - su respuesta no fue convincente, sabia que había algo mas, pero tampoco lo iba a torturar hasta que hablara, le tenia que dar su espacio, en eso se basaba nuestra relación, en respetar los limites de cada quien.

Lo invite a la cocina para preparar algo de cena, y el accedió a acompañarme, mientras prepare la cena y cenamos, platicamos de cosas sin importancia, nos servimos una copa de vino, salimos a la terraza y encendimos un cigarro.

Tengo que platicarte algo - dijo inseguro de si mismo-.
¡Lo sabia! pensé yo, pero no dije nada, solo asenté con la cabeza y deje que continuara.
Me ofrecieron un puesto mas alto, es decir, me están promoviendo - hizo una pausa, probablemente para esperar mi reacción, pero yo no dije nada, solo seguí mirándolo aunque en mi mente pasaban cientos de cosas-.
Es mejor sueldo -continuo- y así podremos ahorrar para poder empezar nuestra familia.
Sabia que después de todas las cosas positivas venia lo malo, así que continue callada y solo me prepare para el golpe.
El único detalle, y debo decir detalle porque la verdad yo no lo veo como problema - eso salió forzado, como intentando convencerse a si mismo - es en Canada - de inmediato mis ojos se hicieron gigantes, desorbitados - Montreal para ser exactos, cabe aclarar que si estas pensando en hielo, frío y abominable hombre de las nieves, en mi defensa no es Alaska.

Después de eso vino un silencio, nadie decía nada, así continuo varios segundos, debió a ver notado algo en mi rostro, ya que su expression era mas preocupante que antes, la verdad es que yo no sabia que decir, pero tenia que empezar a hablar pronto, no quería hacerlo sentir mal, sabia lo que el avía luchado y esforzado para llegar a donde estaba, tenia que ser muy inteligente con mis palabras.

Hecho -conteste sin saber bien lo que decía - si el cambio es para mejorar, yo te sigo a donde vayas.

No fui del todo sincera, tenia miedo al cambio, y sobre todo, al cambio en nuestra relación, no solo era otra ciudad, si no que era otro país.

¿Segura? - pregunto incrédulo, no se si por mi rápida aceptación, o porque quizá en el fondo el deseara que mi respuesta fuera un rotundo no - no mal interpretes pero, no quieres que lo pensemos mejor, es una decision importante, y quiero que estemos seguros como pareja del cambio que vamos a dar.

Estoy segura, es lo que tu quieres, y es el mejor momento, es decir, no tenemos hijos ni nada que nos amarre a cierto lugar, así que ¿porque no?.

Así que era un hecho, nos mudábamos a Canada. Solo bastaron unos meses para arreglar nuestra mudanza y listo en cuestión de segundos Montreal nos daba la bienvenida para convertirse en nuestro nuevo hogar.

No fue difícil adaptarnos, dejando de lado que lo amaba infinitamente, era el ser humano mas atractivo, bondadoso, amable y comprensivo que podia existir, la ciudad era hermosa, nuestro hogar también, estaba junto al hombre que amaba, ¿que podia salir mal?.

Como decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora