Y ahí estaba él, en lo oscuro de su habitación iluminado solamente por una pequeña lámpara de aceite de esas antiguas que valen una fortuna. Cualquiera a simple vista creería que estaba solo, pero realmente no, estaba con sus peores enemigos: los recuerdos. Ellos eran su perdición, una perdición que estaba consumiéndolo poco a poco...
Pensaba en ellos otra vez; mirando detalladamente cada dibujo y cada foto, recordando cada instante de ese pasado que sin duda lo marco para toda su vida.
Recordaba a su pequeño Matías: sus ojos acanelados, su voz tan angelical, su cabello rizado de color negro como el petróleo, y esa pequeña y curiosa marca de nacimiento; casi invisible a simple vista de forma curva en sus mejillas... lo recordaba completamente de pie a cabeza, ¡claro! era su inigualable y único, jamás lo olvidaría.
Ya había pasado algún tiempo desde la última vez que lo cargaba en sus brazos, y aun podía consentirlo, abrazarlo, mimarlo... recordó sus hermosos pucheros y sonrisas... su sonrisa, aquella sonrisa tan angelical, la cual no sale de su mente, ¡era tan perfecta! que cada vez que veía a su pequeño sonreír, algo dentro de él se iluminaba. Recordó aquellos días de emoción cuando Matías dio sus primeros pasitos, caminando por primera vez de su mano y la de su esposa... Sin duda su corazón estaba destrozado, no solamente había perdido a su hijo, sino también a su mujer!
Isabella tenía un cabello extenso color rubio oscuro, unos hermosos ojos verde musgo y siempre con una mirada seductora, pero no fue eso lo que enamoro a Thomas; sino la delicadeza de sus huesos y la pizca de inseguridad en su rostro, a eso se le agregan la calidez y entusiasmo que ella transmitía. Era tan perfecta que parecía una fantasía. Una dama educada, bien preparada educativa y profesionalmente, con una figura muy bien cuidada, alta y simpática. ¿Qué mas le habría podido pedir a la vida?
El no podía asimilar el haber perdido de un minuto a otro lo más valioso que tenia, ¡ya era demasiado! había quedado completamente solo y no sabia que hacer, ninguna de todas sus riquezas le importaban si no la podía compartir con ellos. Prefería morir e irse con su familia a otra vida, que vivir en un lugar lleno de soledad.
Y es que a pesar de tener tan solo 26 años, él se sentía destruido, tanto que ya ni le importaba la empresa, tenía un mes que no iba al trabajo, siempre era Alex quien le informaba sobre todo las novedades que se presentasen.
Su hermano Alex es el Vicepresidente de EmpireMotors Ferrer, su mano derecha, siempre pendiente de la empresa donde Thomas es Presidente Ejecutivo y Propietario. Él es un hombre de 29 años, alto, moreno, apuesto, pícaro, de cuerpo atlético, inteligente, estratega y atento, siempre estaba al pendiente de todo lo que le ocurría a su hermano. Thomas apreciaba todos sus esfuerzos ya que el prefería estar en su mansión encerrado.
Era muy útil la colaboración de su hermano, y realmente Thomas consideraba que era la mejor opción, no quería tampoco tener a otra persona al mando de su negocio, sobre todo porque no le gustaría tener a Alex como enemigo. Había algo duro y peligroso en él, pero lo cierto es que estaba seguro de que su lealtad era intachable.
Los días transcurrían y seguía encerrado en su habitación, los empleados de la mansión se preocupaban frecuentemente por él, se esforzaban de convencerlo de que se alimentara bien (ya que últimamente no tenia mucho apetito) se esforzaban para que saliera al jardín, tomara aire, que hiciera actividades, etc.
Todos sus empleados lo apreciaban mucho, porque a pesar de que el Sr. Tomas Ferrer, fuese una de las personas mas ricas del mundo, el nunca perdió su humildad y eso generaba mucha admiración para que ellos que lo quieran como un padre. Además el era muy flexible nunca les niega ninguna petición (permiso, día libre, préstamo, entre otros) todas las navidades los llena de muchos obsequios, los días de los empleados siempre los da libres, entre muchas mas gratificaciones que hacen que ellos lo amen y le sean leales hasta la muerte.
ESTÁS LEYENDO
Alas
RandomUn pasado inolvidable. Un joven viudo millonario con deseos de morir. Un niño huérfano con deseos de ser feliz. El destino los unirá y les dará a ambos, ALAS para volar.