Negro

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Me costó horas dormirme con Tate observandome minuciosamente desde la otra punta de la habitación. Y cuando porfin pude dormir mi hermano me despertó a gritos.

-Min, Minerva, despierta joder. ¡Te necesitó mierda!

Abrí los ojos y vi a un Jared muy asustado.

-¿Que pasa Jad? - Dije mientras me levantaba de la cama y caminaba a por un abrigo.

Sé puso las manos sobre la cabeza y se estiraba el pelo mientras me seguía po toda la habitación.

-Había... había una... una mujer..., en mi habitación... yo... yo no.. no... no Min, no joder, no me gusta esto.

Lo miré desconcertada y me reí.

-Como si nunca hubieras visto un muerto

-Si, pero es diferente, este... ella, me ha dicho que si no nos vamos, moriremos, TODOS.

- Pero haber, cuantas veces te ha amenazado un muerto ¿eh?

Me miró muy serio, más serios de lo que le había visto nunca en mi corta y frágil vida.

-Minerva, ha intentado matarme.

Me giré de golpe y coeri hasta él.

-¿Cómo? - le susurre sin creerlo.

Me miró y suspiró.

- Me desperté en mitad de la noche con mucho frío. Y en la silla que tengo al lado de la puerta, había sentada un mujer, rubia, de unos cuarenta años, me miró con compasión sacó un cuchillo se acercó a la cama. Yo... yo Min, no podía hacer nada, y se acercó tanto, con el cuchillo. Yo... yo le di... le pegue un puñetazo, y chillo. Luego... luego se abrió la garganta con un cuchillo. - Empezó a sollozar-  No me gusta Min, fue muy raro, es como si de verdad hubiera estado ahí.

Le abraze y le susurre en la oreja.

-Puedes dormir en mi habitación, voy a ir a ver, ¿de acuerdo?

Jared asintió no muy seguro y se tumbó en mi cama. Antes de salir por la puerta me quede mirándolo. Mi hermano siempre había sido un chico guapo, muy deseado por mis amigas. La verdad es que gracias a él tenía amigas, todas venían conmigo porque creían que tenían una oportunidad. Pobre inocentes.

Salí al pasillo y gire en la puerta de la habitación de Jad. La puerta estaba abierta y sus sabanas militares en el suelo. Me fijé en que la rubia despampanante,del poster que tenía encima de la cama, estaba rajada por el cuello.

-Mira, si es la zorra del otro día- dijo una voz detrás de mi.

-Vaya Hayden, ya decía yo que olía a podrido y perfume barato.

Hayden me miró y se rió. Se acerco lentamente a mi.

-Tu hermano está como un pan, pero no he sido yo la que lo ha intentado matar. Tú sabes que ese no es mi modus operandi. El mío es más como "OH SI, SI, SI! Muerete" Ya sabes.

Desconcertada pase mis ojos por toda la habitación.

-"Y entonces quien ha sido"

Hayden se miró las uñas y respondió sin inmutarse.

-"Mamastita"

Se dio la vuelta y fue por las escaleras. Sin tiempo a reaccionar correctamente me precipite escaleras abajo. Pero cuando me dispuse a bajarla me fijé en que la trampilla del ático estaba entreabierta. Me paré de golpe y estire de la cuerda. Las escaleras se desplegaron y subí. Derrepente una mano fria me tapó la boca y me arrastró a las profundides del ático. Nadie escuchaba mis gritos y mis llantos, estaba sola. Mi último recuerdo es ver como mi cabeza se empotraba una y otra vez hasta que todo fue negro. Oh negro, negro oscuro y frío como la muerte misma.

American Horror Story (Murder House) PAUSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora