Capítulo 6: sábados de confusión

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Al levantarme al día siguiente lo primero que sentí fue un dolor de cabeza y estómago de los que no desearía a nadie. Mi visión estaba bastante nublada así que cuando toqué un cuerpo que no era el mío a un lado de la cama salté causándome que cayera al suelo por un dolor muy particular en mi cintura. Nunca había sentido algo así y no podía recordar el por qué estaba así. Otra cosa que me preocupa es que estaba totalmente despojado de mi ropa. Incluso la interior.

Traté de ignorar el dolor y me concentré por lo que me había asustado. Levanté mi cabeza para mirar sobre el colchón y lo primero que vi fue una espalda morena. Y si miraba un poco más abajo se veía su retaguardia aún desnuda.

-Jongin...- Mi novio se removió con algo de dificultad y terminó dándose vuelta. Al verme abrió los ojos y se incorporó de la cama.

-¡Baek! ¿Qué haces en el suelo? ¿Estás bien?- Intentó acercarse a mí pero lo detuve. Aún seguía desnudo y a pesar de que estaba consciente de lo que habíamos hecho no quería que me viera así. Le señalé mi calzoncillo que estaba en la punta de la cama y él me la arrojó. Se dio cuenta de su propia desnudez y se giró para buscar su ropa.

Me vestí como pude ya que mi cadera gritaba de agonía. También encontré mi remera así que me la puse. Me agarré de la cama y me incorporé como pude, para luego sentarme con sumo cuidado. Jongin se me acercó con sólo la ropa interior puesta y se sentó al lado mío. Lo noté nervioso ya que abría y cerraba los puños.

-¿E-Estás bien? ¿No te arrepientes de lo que sucedió?-. De mi boca salió una pequeña risa ¿De verdad estaba preocupado por eso?

-Claro que no, pequeño. Estoy feliz. Aunque en realidad no recuerdo mucho-. Apoyé mi cabeza en su hombro-. Y por cómo duele no tengo duda de que la pasamos bien-. Levanté un poco la vista y noté que se sonrojaba lentamente. A veces sí que podía ser adorable.

-Así que esta es tu casa-. Cambió de tema hábilmente mirando a todos lados.- Sinceramente es como lo esperaba. Aburrido-. Lo golpeé en la pierna con un puño. No tenía que pasarse de confianza.

-Sí, mi increíble departamento aburrido que tiene una cocina donde irás a prepararme el desayuno ya que gracias a ti no puedo moverme-. Lo empujé mientras me acostaba.

-No recuerdo que anoche te quejaras, yeobo-. Luego de que mi almohada chocara contra su cara salió riéndose hacia la cocina.

Ese día estuvo todo el día conmigo. Luego de traerme un desayuno que daba pena –niño consentido que no sabe preparar ni un café- miramos unas películas. Acordamos en mirar un película histórica por mí y una de acción por él. Llamé a un delivery para pedir el almuerzo y no arriesgarme a morir intoxicado y luego Kai me ayudó a darme un baño. El dolor había ido menguando, pero aún era complicado para mí caminar sin ayuda.

Por la tarde Jongin tuvo que irse. Había dado la excusa de que había ido a lo de un amigo, pero su madre exigió que volviera.

-De acuerdo-. Colgó el celular y me miró.- Tengo que irme ¿Estarás bien?-

-Sí, seguro no salga el resto del fin de semana pero estaré bien-.

-La próxima vez tendré cuidado-.

-No te emociones. Después de lo de anoche tal vez pase un tiempo antes de que volvamos a hacerlo-.

-No lo creo- dijo en un tono arrogante mientras se acercaba a la puerta.

-¿Y esa confianza?-

-Porque ahora eres mío ¿Lo recuerdas?- Dijo dándose la vuelta con una sonrisa burlona en su rostro.- Y yo también lo soy, así que nos vemos el lunes-. Ojalá hubiera podido arrojarle algo, pero sólo pude darme vuelta y lamentarme por el dolor en mi cintura que había sido ocasionado justamente por haber sido tan literal. No es común en mí, pero a veces podía actuar como un idiota. Y todo era su culpa.

El tutor  ➳ KaiBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora