Capítulo I

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Quiero empezar desde que te conocí, apenas éramos unos niños, solíamos vernos muy a menudo ¿lo recuerdas? Nuestras familias se reunían constantemente, me agradabas demasiado, siempre matábamos el tiempo jugando y divirtiéndonos con Anna, aunque ciertas veces tus hermanos mayores pretendían arruinarnos el día, pero a pesar de nuestra corta edad, de tu corta edad, los ponías en su lugar. Desde muy pequeño se lograba apreciar que serías un buen líder, alguien que se da a respetar y da lo mejor de sí para ver feliz a las demás personas, eso me encantaba de ti.

Pasaron los años, y dejamos de hablarnos, al parecer la adolescencia nos cambió radicalmente, nuestra inocencia se desvaneció en el aire, con el paso del tiempo, cambiaste al igual que yo, al igual que Anna, al igual que todos. Por lo que se, nuestros padres tuvieron ciertos problemas porque mi reino se convirtió en la potencia más poderosa de Europa; tus padres se alejaron poco a poco, los míos hicieron lo mismo, de tal manera que ninguno se dio cuenta del daño que reprendían en nosotros, sus hijos, y el odio que nos heredaron.

Fue tan confuso todo esto para mí, realmente aún no lo termino de comprender, ¿cómo fue que dos reinos que eran tan unidos dejaron de serlo de la noche a la mañana? No lo sé, a cambio te solía ver en los bailes que organizaba la nobleza, y me dolía, me dolía ver al que alguna vez fue mi amigo y que a causa de cosas mayores ya no podía ni siquiera hablarle. Así que se lo comenté a mis padres, ellos lo tomaron de la peor manera, bien recuerdo que empezaron a llenarme la cabeza de ideas hasta el punto de odiarte, odiar al que una vez quise, odiar a toda tu familia y reino el cual no tenía la culpa de nada.

Con el tiempo me olvide de ti, olvide todo lo que vivimos de jóvenes, parecía que jamás habías estado en mi vida, créeme que no sé cómo lo logre, pero borre cada rastro de ti, cada migaja que ocupaba un espacio en mi corazón fue tirada a la basura con todo lo que recordaba de una linda amistad que fue destruida a causa de un conflicto político. Pero la verdad no me entristece eso, es más, creo que fue una de las mejores cosas que paso ¿por qué? Porque después de todo eso, nuestros reinos se volvieron a reunir.

Fue algo demasiado sorprendente, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una nueva vida, y todo para remediar los errores y retomar la amistad que algún día tuvimos, pero como bien lo dije anteriormente, no te recordaba y a pesar de aquello me fue difícil aceptarte de nuevo.

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Diciembre, fue un mes extremadamente recordado, ¿por quién? Por toda la civilización noruega. Ése año, Arendelle, se sobrepasó asimismo como el reino más adinerado de Europa. Por supuesto que la monarquía actuó de inmediato mediante propuestas de matrimonio y falsas declaraciones de amor hacía la heredera al trono; Elsa se convirtió en la princesa más codiciada del momento por parte de las fuertes insinuaciones. Al parecer a los monarcas, Agnarr e Iduna no les sorprendía este pretencioso hecho, sabían perfectamente a lo que se enfrentan al ocupar cierto puesto.  

Todos tenía la teoría de que los reyes seguirían gobernando hasta el tiempo que les restará de vida, sin embargo, no tenían contemplado el plan que organizaban sus majestades. Al parecer los reinos antes enemigos se habían reconciliado y optaron por unir en santo matrimonio a sus hijos, aquellos jóvenes que una vez fueron amigos de infancia y que ahora dependían uno del otro para mantener a dos pueblos enteros. ¿Pero como sucedió todo esto? ¿Cómo se lo explicaron a cada uno de ellos? ¿Cómo fue que llegaron del odio al amor?

Era un día como cualquier otro, la familia real disfrutaba de un apetitoso y exquisito desayuno. Padres y primogénitas estaban acompañase mutuamente en el extenso comedor mientras dialogaban de las clases de ética y problemas políticos. 

— Elsa, Anna, necesitamos hablar seriamente con ambas — Mencionaron los reyes al unísono mientras la hermanas se miraban confundidas.

— ¿Qué sucede? — Respondió cortés-mente la cobriza.

— Bien, se trata específicamente de Elsa pero es necesario que todos estén enterados — Contesto nervioso su padre — De acuerdo, tenemos presente que el cumpleaños número 21 de Elsa se aproxima y como saben, por ley, es la edad en la que el heredero se convierte en monarca de la nacional, para ello se tiene que llevar una serie de normas, pero en realidad lo que queríamos comentarles es... — Fue interrumpido por la peliblanca.

— Lo lamento, estoy confundida — Formuló la misma. 

— Se trata de lo siguiente, tendrás que contraer matrimonio con el príncipe Hans de las Islas del Sur — Aclaró la castaña. 

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Y fue ahí donde todo cambio, no podía aceptar el hecho de que a mis 21 años tendría que contraer matrimonio, era algo realmente trágico y aterrador para mí, ¿cómo fue que nuestros padres llegaron a esto? ¿Desde cuándo planeaban comprometernos? ¿Qué lograban con esto? ¿Por qué contigo?

¿Por qué contigo?, de todas las preguntas que me formule ese día, esa abrió mi grata inquietud, porque debería casarme con alguien a quien no conocía, un completo extraño para mí, claro, convivimos de pequeños pero; habían transcurrido demasiados años, ¿acaso tu reino estaba mal económicamente y necesitaba de mí, de mi herencia? 

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Estoy lista para sus sermones del siglo, se que cambie mucho la historia, pero quería darle un nuevo formato y en verdad espero que les guste mucho, he trabajado demasiado para sacarla del estanque donde Hans es el malo y Elsa la buena, por favor voten y comenten que les pareció, si les gustaba más la antigua versión o esta.

Los quiero, inviten a sus amigos a leerla.

Pd: si le cambie todo, el título y la portada, pero les prometo que seguirá siendo la mista trama.

Un amor tan grande (Helsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora