Capítulo 2

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Son las 9:13, no pude conciliar el sueño, me es difícil dormir desde hace meses, cada vez que cierro los ojos tu recuerdo vuelve a mí y me dice que no me librare de él, es extraño, más bien, te extraño, me haces demasiada falta, recuerdo como reaccione cuando me dijeron que me casaría contigo, estaba totalmente devastada, maldecía el día en que llegaras.

Tenía tantas ganas de salir corriendo y decirle al mundo que haría lo que fuera con tal de no verme forzada a gobernar con alguien a quien no conocería hasta cierta fecha; sin embargo nunca pensé que fueras el amor de mi vida, el príncipe azul que toda chica desea encontrar y él cual no supe valorar y apreciar.

Al escuchar aquellas palabras resonar por toda la alcoba y llegar hasta sus oídos, empalideció más de lo normal, no sabía cómo reaccionar al respecto; era una total injusticia que la obligaran a tal cosa.

Sin más, salió corriendo al azar, no pretendía llegar a ningún sitio en específico, simplemente quería escapar de la horrible pesadilla que empezaba a acorralarla al punto de dejarla sin salida alguna.

— ¡Elsa! — Fue el grito de su hermana que se dejó escuchar desde el comedor.

— Anna, déjala, necesita estar sola en este momento; cuando regrese le explicaremos todo — Replico tomándola del brazo Agnarr, para evitar que fuese en la búsqueda de su hermana. Ella solo asintió resignándose.

— Tu hija es una completa inmadura — Exclamo molesta Iduna mientras se retiraba hacía la biblioteca ganándose una mirada de reproche por parte de su hija menor y su esposo.

Pasaron horas y sin rastro de la futura monarca de Arendelle, todos en el castillo se empezaban a preocupar por la repentina desaparición de la princesa. El rey dio la orden a los guardias para salir en su búsqueda, ahora Iduna se arrepentía demasiado de su comportamiento durante el desayuno.

No tardo mucho y la hallaron, sentada al borde del mar, en el fiordo donde los navíos desembarcaban, al parecer llevaba horas ahí, para ser francos nunca se movió desde un principio, solo se quedó sentada mirando hacia donde el sol se escondía mientras diversas personas la miraban extraña y caminan a su alrededor sin decir nada.

— Nos alegra tanto encontrarla — Alago un guardia mientras bajaba de su corcel para acercarse hacía ella.

— Hubiera preferido que se olvidaran de mi — Menciono sin mirar al muchacho.

— No diga eso mi  lady, si me permite — Extendió su mano — Debe regresar al palacio, su familia está muy preocupada — Concluyo tratando de convencer a la necia joven.

— Si en verdad lo estuvieran, ellos estarían aquí y no tu — Tomo la mano del guardia, este la ayudo a subir al caballo para llevarla de regreso.

Todo el camino se basó en un incómodo silencio que los invadía; y no había forma alguna de romper la enorme tensión que se sentía a su alrededor. Al llegar al palacio, se corrió el rumor de que la princesa había regresado llegando a los oídos de los reyes, quienes acompañados de Anna bajaron rápidamente.

— ¡Elsa! Nos tenías muy preocupados — La peli-naranja fue la primera en abalanzarse hacía su hermana mayor.

— También te eché de menos Anna — Contesto mientras correspondía al gentil abrazo.

— Cariño, me tenías muy angustiado — Dijo mientras abrazaba a sus ambas hijas.

Iduna sin más, se quedó presenciando la dulce escena por parte de su familia, aunque estese feliz de que su hija había regresara, todavía seguía molesta por lo de la noticia.

— Bien, ya que todos estamos tranquilos — Dijo haciendo unas comillas con sus manos — Elsa, por el amor de Dios, déjame explicarte todo eso — Replico tratando de contenerse su madre.

— Te escucho — contesto con tono firme la albina.

— Mira cariño lo que tu madre quiso decir — Miró a su esposa un poco molesto —Fue que, necesitas casarte con un príncipe antes de cumplir 21, ya que serás la próxima reina de Arendelle y es una mención de la ley que todos los herederos al trono deben contraer matrimonio antes de gobernar o ser mayores de edad, sabíamos que al decir que te deberías casar, te negarías por eso organizamos este acuer...

— Elsa, lo que trata de decir tu padre es que pensamos que tomarías esto con madurez ya que estas bastante grande como para pensar en tu futuro pueblo, es por el bien del reino — Termino al interrumpir a su esposo nuevamente.

— ¿Y quién dijo que yo quería ser reina? ¿Quién se preocupa por mi felicidad o lo que yo quiero? ¿No es mi obligación, Anna puede gobernar Arendelle? — Gritó algo alterada la oji-azul.

— No es necesario preguntar, tú tienes la responsabilidad por ser la mayor, por eso mismo hicimos este acuerdo, por tu felicidad, ¡Elsa ya basta de inmadureces!, Anna no es la heredera y lo siento mucho por ti pero ella no puede gobernar, así que te casaras Con Hans y se acabó- concluyó muy enfadada la castaña.

— No es justo, ¿cómo puedo casarme con alguien a quien no amo y mucho menos conozco? — Dijo desconcertada y molesta a la vez.

— Nada es justo en esta vida — Ese fue el principio de una serie de conflictos entre madre e hija.

  

He aquí que mi madre me odia, de acuerdo no exactamente, pero siempre tuvo preferencia hacía Anna y está bien, supongo que cada padre tiene preferencia por un hijo o el otro. Realmente te envidio Hans, envidio el hecho que seas el favorito de tu madre, que ella te apoyo y defienda de todo y todos. No sabes lo que yo daría por sentirme amada por ella, mi madre; sé que me quiere, pero ha sido muy distante conmigo desde pequeña.

En cambio, mi padre, él siempre me ha apoyado, pero me hacía falta el apoyo maternal. Al parecer no todo en mi vida era perfecto como terceras personas piensan, creen que ser reina o princesa se basa en portar un lindo vestido y que asistir a bailes, pero ambos sabemos que no es verdad, que hay que sacrificar muchas cosas por complacer a todo un pueblo que depende de nosotros, creo que tu más que nadie sabe que es sacrificar, sacrificaste tu vida por mí.

¡No puede ser!, tan temprano y estoy bebiendo alcohol, tal vez aun lo escribo pero te daré una pista, desde que no estas, mi única salida para olvidarme un rato de los problemas es beber y consumir alguna droga. Lo sé, es impactante que una reina en pleno siglo XVIII se drogue, pero la verdad es que no me pone nerviosa, si acaso algo inquieta; te has ido y necesito estar colada todo el tiempo para no pensar en ti. ¡Drogada todo el tiempo para no pensar en ti! 

  

Buenos días bonis!!! 

Por favor díganme que opinan del nuevo formatooo.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2017 ⏰

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Un amor tan grande (Helsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora