Nos encaminamos directamente a la fraternidad de ese bastardo. Seguía sin entender de donde carajos había salido él amor de mi padre hacia mi.
Al llegar, este se bajo velozmente y tiro la puerta de un patada, entro desesperadamente, con una mezcla de sentimientos en su interior. Busco con la mirada donde se podría llegar a encontrar ese idiota, pero solo se encontró con una pelirroja que estaba en plena acción con un chico. Con cierto asco y sorpresa tiro del cabello de la pelirroja y la tiro al suelo para luego tomar del cuello al chico.-Date por muerto niño bonito- dijo colocando el arma sobre la frente del chico, quien de la nada había comenzado a llorar. Un grito ahogado había salido de la garganta de la zorra esa, haciéndome reaccionar para decirle a mi padre que el no era.
Mi padre como todo mafioso amenazó a la pelirroja para saber el destino el rubio. Esta contesto que se encontraba en su habitación, era tanto el miedo que tenia que nos dijo hasta el color de la puerta. Nos encaminamos con sigilo para no alertar a nadie y llegamos hasta nuestro destino y entramos sin pensarlo. Nunca había presenciado una situación tan incómoda como esta, el chico estaba masturbándose disfrazado de mujer con un espejo frente a el. Dylan no tardo ni dos segundos en sacarle fotos y reírse, mi padre en cambio estaba serio y con su vena de la frente a punto de explotar. Levanto su arma apuntándolo y le grito, este asustado pego un salto y se volteo hacia nosotros.- Te vas a arrepentir tanto por lo que le has hecho a mi hija maldito bastardo- escupió mi padre sacándole el seguro al arma.
El rubio poco más se orinó en su falda color fucsia. Miro con miedo a mi padre y se arrodillo.-Por favor no me haga nada- rogó poniendo sus manos juntas como si rezara. Mi padre no lo dudo y puso el arma en su frente.
-¿ Tus ultimas palabras desgraciado?- pregunto poniendo el dedo en el gatillo.
Él rubio era un mar de lágrimas, tenía toda la nariz llena de mocos. En cuanto mi padre se dispuso a jalar del gatillo, comenzaron a salir burbujas de ella que golpeaban suavemente el rostro del marica este, que aún seguía llorando. Sin dudarlo, los tres comenzamos a carcajear y mirarlo con pena, pero eso no quitaba el hecho de que iba a recibir la golpiza de su vida por parte de mis acompañantes. Es que, ¿A caso este chico no se cansaba de recibir golpes?, mierda que le gustaba; hasta creería que sería perfecto para Christian Grey.
Creo que habían pasado más o menos una puta hora en la que mi padre y mi hermano no salían del cuarto del rubio. Calculo que ya lo habrán matado y no deben saber dónde esconder el cadáver. Reí internamente al pensar eso, pero mi sonrisa se desvaneció al recordar esa situación. Como pasaba sus asquerosas manos sobre mi piel y lo bruto que era. Sin darme cuenta ya estaba llorando nuevamente, era algo que no creo que voy a superarlo tan fácilmente.Más si no tengo a Ash para ayudarme.
Me dejé caer al suelo mientras aún lloraba silenciosamente, puse mi cabeza entre mis rodillas y sollocé hasta cansarme. Tan solo habían pasado unos meses y mi vida había dado un giro de trescientos sesenta grados, todo era peor de lo que esperaba.
Solo discusiones, lágrimas, roturas de corazones y hasta inclusive peleas entre amigos; y todo por mi culpa. Ahora más que nunca pienso que tendría que haberme quedado en mi casa y no haberles arruinado la vida a estos chicos.
Sin pensarlo y darle tiempo a mi padre y hermano a que salieran de aquel cuarto, me encaminé a la salida de la fraternidad y salí rumbo a Phi Delta en busca de mis cosas.
Hoy mismo me marcharía de allí y me voy a ir a algún departamento. Sin ayuda de nadie, va o tal vez un poquiiiito de ayuda por parte del descorazonado, que por cierto ahora ya tiene corazón, mi padre y así ya no dividir a los amigos de mi hermano.
Al llegar la casa era un silencio sepulcral, apuesto que se podría escuchar el sonido de un alfiler cuando cae al suelo. Lo cual era muy extraño, así que con precaución y siendo muy cautelosa, subí a mi cuarto en busca de mis cosas. En cuanto logré terminar de empacar todo baje las escaleras ,como alma que se la lleva el viento, tire todo en la parte trasera de mi vehículo, corrí nuevamente al living, tomé a Babosa y ahora sí estaba dispuesta a irme.
En cuanto logré salir del garaje a todo lo que podía, tuve que frenar al escuchar un gran estruendo que provino del final de mi Jeep.
Me baje y camine hacia atrás del vehículo y allí fue cuando solté un gran grito al verlo a Ash tirado en el suelo. ¡MATE A ASHTON! ¡LO MATE! ¡YA VALÍ VERGA WEY!.
Mi respiración se empezó a agitar como si hubiese corrido una maratón de 15 km, comencé a sudar como puerco y a reírme como si fuera Bellatrix Lestrange.
Las personas que pasaban me miraban raro, Ashibebe ya debería estar re muerto porque llevaba más de una hora riéndome. Jalándome de los cabellos, dandole pataditas para que se levante.
Sin pensarlo, lo arrastre hacia adentro de la casa y trate de subirlo por la escalera. Entienden porque dije "trate", tal vez lo quise subir en mis hombros pero nos caímos los dos y ahora está arriba mío y no puedo ni levantarme. La cague por mil. Pinche pendejo que se cruza, pinche pendeja yo por no mirar.
En cuanto logré recuperar las fuerzas lo empuje y salí corriendo a la camioneta dejándolo ahí. Puse en marcha y me encaminé hacía la casa de mi padre, rogando de que ya haya llegado así poder pedirle asilo temporalmente.
Al llegar me encuentro con algo que no debería haber visto nunca...
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Sobreviviendo A Los Phi Delta
HumorDanielle Cooper Una chica estudiosa obtiene una oportunidad de seguir la carrera que le gusta en la Universidad de Harvard y se muda a una de las Fraternidades Phi Delta Theta, pero lo que ella no se esperaba era que fuera una fraternidad de solo ho...