Ese día lo conocí, después me encontré envuelta en un mundo oscuro, mentiroso e intrigante.
Conrad me metió en un mundo que no quería, con Mafia, poder, sexo y romance.
Pero todo el mundo sabe que los malos nunca tienen Finales felices . Y que los...
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Me miré al espejo mientras terminaba de ponerme Rímel en mis pestañas, he de admitir me veía muy guapa.
Me miré última vez en el espejo examinándome, cuidando que todo este perfecto. Yo no era una niña inocente, sabía cómo divertirme pero tenía mis límites.
Se suponía que Sara vendría por mi en cualquier momento.
Sonó el pitido de un auto, me asomé a mi ventana y ahí se encontraba Sara
- Súbete se nos hace tarde- dijo gritando diversión.
Salí de mi casa corriendo y le puse llave a la puerta, caminaba rápidamente hacia el Mini Cooper negro de mi amiga.
- Y cuál es el plan?- dije mientras cerraba la puerta del auto pasajero - escuche que Bad Faith tiene largas filas para entrar al club.
Sara sonrío, viendo a la nada, la miré confundida mientras ella seguía despistada. Lo más seguro era que ese problema ya lo tenía resuelto
- tú no te alejes y entraremos rápido - me miró con confianza mientras seguía manejando
Llegamos al Club, salí del auto mirando con asombro el gran club. Se cernía una larga fila para entrar y créanme que Larga ni siquiera la define bien.
Solté un suspiro de decepción al enterarme de que tendríamos que esperar tanto.
- no te preocupes- dijo Sara despreocupada
- ve la puta fila Sara, tardaremos horas- dije exasperada y enojada.
Sara tomo mi mano y me arrastro saltándose toda la fila, maldije interiormente, normalmente ella coqueteaba con los cadeneros para que la dejen pasar y casi siempre le funcionaba perfectamente.
- hola - dijo coqueta y sonriente
Miré al cadenero, que le frunció el ceño a Sara claramente irritado por las intenciones de Sara.
Sentí un empujón cuando un señor estaba pasando saltándose toda la fila, me tambaleé tratando de mantener equilibrio y maldije en voz baja.
Mi atacante no se inmutó por el daño que había causado.
- Fíjate por donde vas, cretino - dije claramente irradiando enojo.
El se paró en seco, estaba usando un tuxedo, tenía la espalda ancha y se marcaban sus músculos por la ropa que traía puesta.
El joven Se dio la vuelta, Sara me miró con miedo atravesando sus ojos y rápidamente miro al suelo.
