Algo que pudo ser

Taehyung

Ojalá no hubiera dejado que él sufriera.
Ojalá hubiera dejado de ser cobarde.
Ojalá pudiera volver el tiempo en que todo era perfecto.
Porque un día Jungkook lloró. Simplemente lloró todo el día.
Su perro había muerto y estaba muy triste.
Lloró todo el día debajo del árbol dónde yo pasaba mis ratos.
No pude soportar verlo así.
Sabía como quería él a su familia y no podía ver a mi bebé llorando solo.
Sin nadie a su alrededor, totalmente solo y secándose las lágrimas con sus delicadas manos.
En serio no podía.
Pero no podía acercarme a él. Lo tenía prohibido. No quería que él me odiara.

Al fin y al cabo, yo sólo era un maldito acosador suyo. Me daba asco hasta yo mismo.

Por una vez en mi vida, no me importó lo que me mandara mi abuelo y me escapé de clase.
Bajé al patio de escondidas y simplemente lo quería abrazar.

Yo abrazaba a Jungkook, oliendo su aroma, su cuerpo estremeciéndose por el llanto.

"Él abría los ojos sorprendido pero yo lo acunaba con mis brazos.
Sin decir una palabra le acariciaba el pelo suavemente.
Todo estaba bien Jungkook.
Tenías que ser fuerte. Valiente.
Porque yo no estaría siempre vigilándote.
No podías permitir que otros te pisotearan.
Ese era el mejor momento de mi vida.

Me toqué el pecho. Mi corazón palpitaba descontroladamente. "

Sacudí la cabeza y dejé que todo lo que me estaba imaginando se desvaneciera. Volví a la realidad.

Jungkook seguía llorando. Solo.

Y yo, como un maldito cobarde, me quedé detrás del árbol. Observándolo sin hacer nada.

Subí de nuevo a mi clase y me esperaba mi abuelo con el bastón en mano y con una mirada enfadada.
Lo que me faltaba, la bronca que me iba a caer.