He vuelto a verte en mis sueños, te acercabas a mi con esa seguridad de siempre. Tu, tan perfecto y malvado, con tu fuerza y tu energía reinando alrededor de todo lo que tocas.
Tus manos controlando cada gemino que de mi boca sale, tus labios sobre mis pezones, me dejas marcada con tus dientes.
Tu cuerpo me controla, mi espalda siente el frio de la pared, mis manos atadas encima de mi cabeza, te ríes.
Ese sonido, lo recuerdo y me hace trizas. Intento escapar, pero te burlas de mis intentos, mientras vas cortando cada uno de mis hilos.
Abres mi cuerpo cual autopsia, y sacas uno a uno los engranajes, sin importarte mis lagrimas, sin importarte mis gritos de auxilio.
Los dejas en el suelo, llenos de sangre y de lodo, me sueltas, y con esa hermosa voz me dices que me repare yo sola, que ya no soy de tu interés.
Me muevo lentamente mientras me observas, y por cada engranaje que coloco en su sitio, tu sacas otro mas de mi pecho.
Duele, duele tanto que ni los dioses pueden ayudarme. Dueles en la piel y los órganos, hasta mi sangre duele a ti.
Al poco tiempo te vas, te alejas de mi, y yo lloro aun mas. No siento tu calor, no siento tus manos, y dueles aun mas.
Aun sigo aquí, en el suelo, colocando cada pieza en su lugar...oh padre! ¿Que es lo que he hecho?
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A las niñas como yo nos roban ese derecho, el derecho de amar, por eso se que sus brazos son los unicos que me pueden albergar.
Sus brazos vacios son calidos, sus palabras tan maquiavelicas son pequeñas dagas que rompen el hielo de todas las niñas buenas. Todas lo amamos a el, y el a ninguna.
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Poemario en si bemol, lo negro.
PuisiPoemas que describen mis pensamientos. Los poetas somos harapientos peregrinos en busca de musas a quienes amar. Sin embargo, ¿puede una musa dejar sus paños de seda para volverse un poeta?.
