Capítulo 2

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Muerte.

"La pareja Müller ha sido dada por fallecida, en un accidente automovilístico, según las autoridades tal suceso fue provocado. Por el momento nadie ha dado declaraciones, tampoco se sabe cuál será el rumbo de la Empresa Müller, todos suponen que la pequeña Eda se hará cargo de ella, tal y como está estipulado en las..."

No dejo acabar la frase de la periodista cuando estrello un florero en la televisión. Me sentía destruida, era una maldita pesadilla de la que quería despertar, quería volver a escuchar a mi madre correteando detrás mío, quería volver a ver la sonrisa de complicidad que me daba papá cuando hacía alguna travesura, quería verlos, quería ver sus miradas amorosas y sus besos de piquito. Habían pasado tres días de aquel maldito accidente, me habían robado a mis padres, las cámaras captaron el momento en que aquel individuo chocó con su coche, y vieron como había escapado luego de eso.

¿Cómo podía una persona ser tan cruel?, a este punto creía que me volvería loca. Tres días seguidos sin para de llorar, sin dormir, sin comer. No tenía ni el más mínimo ápice de querer seguir viviendo, no tenía sentido seguir si ellos no estaban, me sentía acabada.

Las chicas eran las únicas que podían estar a mi lado, ninguna pronunciaba nada sobre el tema, si de por sí lloraba todo el tiempo, si hablábamos quizá me desmayaría. Se limitaban a tratar de que bebiera agua, café o té, en algún momento comí algún sándwich pero terminé en el baño vomitando.

La policía estuvo en frente de la casa de Dalia cuando sucedió aquello, y nos llevaron de inmediato a un hotel que custodiaron hasta que por alguna razón, me enteré que mis padres habían dejado instrucciones por si esto sucedía, y lo notamos cuando en lugar de tener policías detrás mío, tenía guardaespaldas por todos lados. De alguna manera me dolía saber que ellos estaban preparados para esto, pero me seguía sintiendo protegida, y claro que me dejaría proteger por ellos.

Debido a no tener familia cercana para que me protegiera, dejaron a los padres de Ayleen como mis defensores en todo ámbito legal, ya que ellos eran los propietarios de la cadena de mejores abogados.

—¡Eda!, ¿Qué ha pasado?

No sentí las manos de Arlette en mi rostro, pero sentía la humedad en mis mejillas. Miré mis manos sobre mis rodillas, los vidrios del florero me desangraron un poco, pero no sentía nada.

—Ven, te prepararé en la tina.

No dije nada para dejarme guiar, cuando estuvo lista y Arlette salió, me metí. Dejé que mis hombros se relajaran, y traté de no llorar, a ellos no les gustaría verme llorar tanto, <tenía que replantearme nuevas metas.

Debía de momento, dejar de lado lo que quería, y concentrarme en lo importante, y eso era la empresa de mis padres, que definitivamente no dejaría desplomarse.

***

Luego de tres días, aunque no tenía fuerzas, mucho menos podía sentirme decente, podía resistir las ganas de llorar, era el momento de presentar a la Eda fuerte al mundo.

Me coloqué un traje negro, unos pequeños tacones, y Dalia arregló mi cabello. Era momento de hablar con los padres de Aileen, los cuales eran fieles amigos de los míos, así como los padres de Arlette y Dalia, pero ahora ellos me cuidarían, y necesitaba saber lo que tenía que hacer o lo que me podrían hacer.

Bajo con las chicas y los guardaespaldas al restaurante del hotel, en el momento en el que cruzo una pequeña parte del lobby, veo el grupo de periodistas tratando de entrar, y se alborotan aún más cuando me ven. Los ignoro, y no siento mi corazón cuando recibo los abrazos de todos cuando me ven llegar.

OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora