Los caidos

1- La llegada de ellas.

Cuando crees que la vida es fácil, no te hagas muchas ilusiones, una historia puede cambiar con tan sólo un traso de lápiz.
Esta es la historia comienza un dia de verano en la casa de Dante, un joven muchacho de 23 años de edad, llevaba una vida tranquila, como la de cualquier estudiante universitario, el cual estaba estudiando.
Una tarde nuestro protagonista se encontraba afuera de su casa, simplemente disfrutando la caricia fresca que el viento regalaba, cuando ve cruzar un camion de mudanzas y estaciona justo en la casa contigua a la de el, esta no era una casa imponente mucho menos acogedora, de color blanco el cual se convertia en un color verdoso gracias al moho que la envolvía, tenia un patio amplió pero un tanto descuidado, ya que hace mucho tiempo no se habitaba. Seguido de camion llega por detras un auto de muy buen aspecto, este era un Audi R8 color azul brillante, el cual le llamo mucha la atención, de el se bajaron de mujeres muy bien parecidas, la que conducía, una mujer de cabello moreno con unos ojos color verdes que se veian desde la otra esquina, con una figura exquisita como si estuviese esculpida por angeles, vestía con un short blanco y una remera color azul, del lado del acompañante bajo una muchacha rubia, muy bella tambien de ojos azules como el agua del mas puro de los lagos, y de contextura similar a la de su amiga la cual tenia un atuendo muy similar a la otra pero con una remera color verde.
Claramente Dante quedo anodadado, con tal visión sin nisiquiera poder quitar la vista de ellas. Estas jóvenes de alrededor 24 años se percataron de su espectador al tiempo que murmuraban sonriendo y mordisqueandose el labio inferior con total  delicadeza, automaticamente, el joven se ruboriza avergonzado, rota la cabeza en direccion a la puerta de su casa y entra en la misma.
Al pasado unas horas abre la heladera sediento, agarra una pequeña botella de cerveza y en el instante que va a destaparla se olle en la puerda.
- "toc toc toc".
Se dirije a la puerta a toda prisa, abre la misma con total confianza, y en ese lugar se encontrada su amigo juan el cual en una mano tenia un pack de cervezas mientras observaba hipnotizado a las nuevas reciedentes del barrió, totalmente perplejo perdido en el paisaje que estas replicas de ninfas adornaban.
-Como andas Juan?- pregunto dante sin conseguir respuesta.

-Juan, Juan Juaaaan- vocifera para poder conseguir respuesta. Su amigo parpadea como si volviera de un trance.

-Eiii Dante, ¿como andas amigo?.

-Bien bien, veo que trajiste algo para combatir el calor que  nos abraza, pasa pasa. Le dice a medida que le abría la puerta.

-Por su puesto no puedo caer con las manos vacías en la casa de mi mejor amigo. Le extiende el obsequió que trae en sus manos.
Y se acomodan en un living muy bien decorado de paredes blancas, dos sillones pequeños y uno largo de cuerina color negra, con una mesita ratona hecha con quebracho. Lleva las botellas a la heladera y saca una mas que ya tenia mas fresca.
-Che ¿quiénes son esos mangares que estan en la casa de juntó?. Pregunta Juan tratando de camuflar la saliba que chorreaba.

-No lo se, llegaron hoy-. Responde al tiempo que toma un sorbo de cerveza. - pero estan muy hermosas.

-Si la verdad que si, en este momento me quisiera mudar a tu casa-. Le responde con una sonrisa de oreja a oreja.

-Tampoco es para tanto.
Ya cambiando de tema, y pasado un tiempo comienza a caer el sol, "el tiempo pasa rapido cuando se esta con amigos".
El visitante hace un suspiró frustrado y dice -Creo que no queda de otra, pero este cuerpito se va a retirar a sus dominios-.

Dante larga una pequeña risita y se despiden. Lo acompaña hasta la puerta y ve como su amigo se retira en direccion a su hogar, de repente siente un escalofrío. Mira hacia la casa de sus vecinas nuevas y una de ellas lo mira por una ventana al momento que se muerde el dedo en forma muy delicada, nuevamente Dante se ruboriza y se encierra en su casa.