•Capitulo 4•

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-Xiomara?- pregunto sorprendida

-Leda?- pregunta igualmente sorprendida

Me quede mirando a mi amiga y Ivan nos estaba mirando con confusión y miedo.

-Que haces aqui?-nos preguntamos a la misma vez.

-Iván me trajo y tu que haces aquí?- le pregunte mientras me acomodaba la camisa de Ivan, me sentía muy incómoda

-Ivan es mi novio- respondió con su cara roja de la rabia mirando lo que traigo puesto

-Ivan, que bien te la jugastes.- dije enojada mirando a Ivan el cual estaba mirando muy avergonzado hacia nosotras le quise explicar que me tenía secuestrada pero él se apresuró a hablar

-Xiomara escucha-ella lo miro- ya nosotros no podemos estar juntos. De verdad lo siento mucho, Leda es mi Luna, es mi prioridad además nosotros habíamos quedado en cuanto tu encontraras a tu mate y yo a mi luna nos repararíamos.- de que coño habla?

-Sabes la razón por la cual yo vine a buscarte?-dijo llorando

Ivan negó, los mire con atención

-Por que estoy embarazada- abrí los ojos sorprendida, pero si todavía es muy joven, en que pensaba

Ivan abrió los ojos y luego se relajo y se acerco a ella y le acarició la mejilla

- Xiomara, eso es imposible-hace una pausa- nunca te he tocado, además los dos sabemos que no puedes tener hijos

Ella lloro más y yo me relaje y me acerco para abrasarla. Cuando abrí los brazos y se echo para atrás y me miro con odio.

De momento ve mi brazo herido, pone su mano en mi herida y la aprieta tan fuerte que abre mi herida. Del dolor le doy un puño en la cara e Iván me agarra por la cintura y me pone detrás de el.

-No vuelvas a tocarla- hace una pausa y mira furiosamente hacia Xiomara- te mató, te juro que te mato si lo vuelves a hacer.

Ella busca mi mirada y cuando lo hace me dice mirándome fijamente

-Desde hoy yo Xiomara Larsson te declaró la guerra - después de eso sollozo y se fue corriendo me dio un poco de risa lo que me dijo, pero evité reírme para que no me siga declarando la guerra como ella dice

-Cada día que pasa mi vida se convierte en una novela mexicana- dije enojada pero con un poco de gracia 

Leda perdida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora